El Colegio de Veterinarios de la Provincia observa con preocupación la situación en lo que respecta al robo y comercialización de ketamina.
En los últimos días se han sumado nuevos reportes sobre robos a veterinarias de la Provincia con el fin de obtener ketamina, una droga utilizada en la medicina veterinaria y con potencial alucinógeno para los seres humanos.
El Colegio de Veterinarios de la Provincia observa con preocupación la situación en lo que respecta al robo y comercialización de ketamina en las distintas localidades y por ello presentará una carta a las autoridades policiales correspondientes, informando sobre estos episodios.
También alerta a los colegas veterinarios para que tomen las precauciones pertinentes y recordarles que se encuentra en vigencia la Resolución Nº 812 del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria que regula el uso de productos veterinarios que contengan ketamina
Esta resolución fue establecida para reforzar los controles de comercialización de los medicamentos que contengan esta droga y estipula que quienes comercialicen productos veterinarios con ketamina deberán remitir por correo al Senasa un resumen de las ventas: “Deben conservarse ordenados cronológicamente en el domicilio legal de cada operador, a disposición de SENASA a los fines de la auditoria oficial del Sistema. Toda la documentación debe ser conservada por dos años”, reza la resolución.
El Colegio considera que la Ketamina es absolutamente de uso profesional interno y los colegas la deben comprar bajo receta archivada y sólo para consumo interno. En este sentido, es pertinente que se avance con un sistema de auditoría que garantice el control de comercialización y el seguimiento de la droga.
La ketamina (líquida o en polvo) es anestésico disociativo con potencial alucinógeno, (interrumpe en forma selectiva las vías cerebrales de asociación y produce bloqueo sensorial). Es utilizada como analgésico y anestésico en la medicina veterinaria y en seres humanos puede producir alucinación, aumento de la presión sanguínea, alteración de la conciencia, ataques de pánico, episodios psicóticos, convulsiones, vómitos y diarrea, entre otros.
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