Revista Opinión
(Un hombre necesita un poco de locura, si no nunca se atreverá a cortar la soga y ser libre.) * * * * * *
El cine nos ha dado la posibilidad de conocer a personajes que en alguna medida nos han dejado un recuerdo que bien puede ser una frase, un gesto, una música, que se ha metido en nosotros y conservamos aún de manera inadvertida a lo largo de nuestra vida.Esos personajes interpretados por actores conocidos y algunos no tanto, han adquirido entonces un rostro, una figura, una voz.Es innegable ( en mi opinión) que cuando hablamos de James Bond, el rostro que me aparece en mente es el de Sean Connery, si es Tarzán el rostro es el de Johnny Weissmüller, y si el personaje es el Quasimodo de "El jorobado de Notre Dame" "Atila, el rey de los Hunos" el guerrillero de “Viva Zapata” el esquimal de “Salvajes Inocentes” o "Zorba , el griego" el rostro , la voz y la figura se corresponden única, casi exclusivamente con un señor que se llamó Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca " Anthony Quinn". O tal vez debiera llamarle Alexis Zorba?Nikos Kazantzaki, autor también de "La última tentación de Cristo", entre otros títulos, comenzó a ser conocido luego de la película que sobre su novela "Vida y hechos de Alexis Zorba" fuera llevada al cine por Michael Cacoyannis, con la magnífica música de Mikis Theodorakis. El actor Quinn decía sobre sí mismo:” He vivido en un torbellino de imágenes, pero voy a salir en una imagen congelada”El personaje de Kazantzaki, “Zorba” vivía en un constante torbellino, diciendo cosas como estas:“El cordero que comí se cambió en Zorba, y el que te habla es Zorba, escucha lo que está diciendo ¡Yo soy un Simbad el marino, no porque haya recorrido mucho mundo, no, de modo alguno. Sino porque robé, maté, mentí, traté a infinidad de mujeres y violé todos los mandamientos.¿Cuántos son? ¿Diez? Y, sin embargo, no tendré miedo cuando me toque presentarme ante Dios. No sé como decírtelo para que lo entiendas. Para mí creo que todo eso no tiene ninguna importancia. ¿ Acaso se dignaría Dios a prestar atención a unos gusanos y llevar cuenta de lo que hicieren? ¿Y se enojaría, tronaría, revolviéndose la bilis sólo porque uno de ellos dio un traspié, o acarició a la hembra del gusano vecino, o tragó un bocado en viernes santo? ¡Bah¡¡--Bien está Zorba, dije, no te pregunta Dios qué has comido, sino como te has portado.“Pues yo te digo que ni eso se pregunta¡¡ Pues quién te dice que no me parezco yo más a Dios que el pope Stéfano, cuyo único afán es pasarse los días y las noches en genuflexiones y apañando dinero ?Dios se regala, mata, comete injusticias, trabaja, ama, emprende cosas imposibles, lo mismo que yo. Come lo que le agrada, se lleva a las mujeres que quiere; tú ves a una mujer fresca como una rosa que anda por el mundo regocijándote el corazón; de repente, la tierra se abre y la mujer desaparece. ¡¿Adonde se ha ido? ¿Quién se la llevó? Si era honesta la gente dice: “Dios se la llevó” y si era una cualquiera, dicen: “El diablo cargó con ella”. Pero yo patrón te digo y te repito ¡Dios y diablo, todo es uno¡ (Nikos Kazantzaki: Vida y hechos de Alexis Zorba)
La vida del actor Anthony Quinn, fué muy parecida a la de su más logrado personaje: Alexis Zorba.