Revista Cultura y Ocio
Abriga una perfidia esta palabra
ronca, desahuciada por especuladores,
traidores ante el último rencor frente al resquemor
del mundo.
Derrotada sobre la tierra batida,
ida hacia náuseas sin retornos
algunos posibles, trastabilla,
cabecea,
vuelca,
rueda,
cae
escaleras
abajo
sin
verse
al espejo|ojepse
y mejor así.
Olvidó que era un colibrí
el ronroneo del descapotable expectante tras la esquina
de aquella sentencia llamada FIN,
-tilín, tilín-
un poema de Kerouac tomando Cola-Cao,
Mao censurado por el pueblo,
la primera y segunda persona del singular
del verbo rimado con la mar.
Pero -jodido pero sin (es)peras- ahora la consideraban una burbuja de interés,
envés de una sábana,
ventana sin baladas de Sabina a los cuatro vientos,
malolientos y neoliberales abordajes,
embalaje del Corte Inglés,
una postal sin anclaje.
Esta palabra herida y maltratada,
espera por esperar a su Rainbow Warrior,
para que fondee en su ensenada
y rescate al verbo de amar, amor.
Poem by W.