Alfonso Francia, salesiano responsable la Asociación Animadores del Siglo XXI
"Los buenos deseos valdrán para el cielo, pero no para el suelo. Hay que transformar la realidad"
"Dentro de 10 años la Iglesia será de personas viejas, envejecidas y envejecedoras"
Jesús Bastante, 31 de octubre de 2010 a las 09:17Yo no voy a hacer un canto a la Teología de la Liberación, como tampoco puedo hacerlo a la Iglesia adormecida que tiene una Pastoral de mantenimiento/>
Alfonso Francia preside Animadores del Siglo XXI
/>Alfonso Francia, salesiano y educador
(Jesús Bastante).- Alfonso Francia es un salesiano que vive entre Madrid y Perú. Es responsable de Animadores del Siglo XXI. Alfonso no tiene vergüenza "de pedir para los más pobres y necesitados". Afirma que "los buenos deseos valdrán para el cielo, pero no para el suelo", por lo que insiste en que las aspiraciones de solidaridad "no deben quedarse en letra muerta", "no sólo en el campo de los eslóganes". "Tienen que llegar a la hora de los organigramas". Sobre la situación de la Iglesia, sostiene que está "adormecida" y corre el riesgo de convertirse en "una Iglesia con personas viejas, envejecidas y envejecedoras". Y reclama, para América Latina, "pasión, urgencia y audacia".
P- Cuéntanos qué es la Asociación Animadores Siglo XXI.
R- Lo primero, decir que para mí estar aquí es estupendísimo. La entrevista del año pasado la vio muchísima gente de España y de Perú. Y, además, valorándolo mucho. Así que enhorabuena a todos.
Esta Asociación es una de las múltiples actividades que tengo. Cuando hacen el currículum de uno siempre te reducen tanto... La Asociación en España la hicimos sobre todo para responder y publicar libros para educadores, catequistas, padres... todos los que son multiplicadores de promoción, educación y evangelización. Estas 3 palabras están metidas en la mente y el corazón de quienes componemos la asociación. Hasta donde se pueda llegar.
Habíamos hecho ya en España 140 libros. Son siempre libros baratos, porque queremos que lleguen a los estratos más populares. Por eso he dicho multiplicadores, porque queremos llegar a muchos. Por ejemplo, en Perú estamos publicando una colección que se llama Crecer en valores. Serán 20 libros, de los cuales presentamos 2 en la Feria del Libro Internacional y hubo mil personas. Están teniendo tanto éxito que ya en Ecuador y en Venezuela quieren también publicarlos.
Son libros que tenemos a precio de costo, para poderlos dar a los ambientes nunca competitivos, porque no tienen libros. En Perú concretamente, hubo 3 escuelas públicas que me dijeron: "No hay un solo libro en la biblioteca. Ni uno para el profesor, ni uno para el alumno". Lo mismo que en África recuerdo que los monitores sólo usaban un cuaderno, porque tampoco había libros.
Esto no se puede consentir. Hay que promover a las personas a todos los niveles: físicos, de higiene, de cultura general, conocimientos asimilables, valores a proyectar... Nosotros apostamos claramente por al cultura. No buscamos dinero para pasta de dientes. Hemos optado claramente por la formación. A través de talleres, cursos y cursillos, y a través de libros. Así que, a todos los que colaborasteis el año pasado con dinero, que sepáis que ya hemos dado cantidad de libros en los hogares de niños, donde cada vez son más.
En el Hogar Sagrada Familia tenemos ya 800 niños, que viven allí en régimen de internado, gracias aun periodista que hace años lo fundó. Y que va a venir a España a informar y a sacar dinero, porque no hay que tener vergüenza de pedir para los más pobres y necesitados.
Nuestra Asociación trabaja haciendo concienciación y mentalización, dando recursos y estrategias para formar una sociedad y una Iglesia mucho más dinámica y viva. En el hogar de los 800 niños, hacemos un cásting para elegir a los mejores profesores (teniendo en cuenta que, tristemente, hay poca gente que acepta trabajar por poco dinero, y menos todavía voluntariamente). Además, a los muchachos mayores, hasta 18 años, les estamos dando talleres de formación de líderes. Porque de ahí van a salir los mejores individuos concienciados con ese ambiente de marginación.
Lo digo con una absoluta pasión porque estoy totalmente convencido. Don Bosco hizo la congregación salesiana, que hoy está en 130 países, con esos jóvenes que él había formado. Jóvenes necesitados, con problemas familiares, con escasa cultura. Ellos son la mejor madera. Porque ya sabemos que, el que nace en senos de flores y mieles, normalmente se hace egoísta, individualista y, si llega muy arriba, también corrupto.
P- ¿Cuál es la situación en Latinoamérica, Alfonso? ¿Cómo está la cosa?
R- Yo llevo sólo 2 años, pero estoy muy abierto siempre y busco toda la información que puedo. He estado en muchos sitios de Perú actuando educativa y pastoralmente, y también en Ecuador, donde me llamaron por los 25 años de Pastoral Juvenil. Estuve allí hablando a los 200 delegados y asesores de la Iglesia de Ecuador. También hablé (un hombre como yo, de 73 años, a las 3 de la tarde...) ante 3500 jóvenes. Así que sí tengo bastante información desde el punto de vista político, económico, cultural, de formación y pastoral.
En Venezuela estuve también hace un mes en el III Congreso Latinoamericano de Pastoral de Jóvenes. Había representación de todos los países de América Latina, menos de Haití y Honduras. Fue una semana de relaciones y enfoques, ponencias y celebraciones.
En Venezuela la situación es triste, lamentable. A mí me decían: "¡No salgas a la calle!", porque en un fin de semana en Caracas había 30 o 40 homicidios. La falta de libertad económica (no se puede funcionar con dólares, tiene que ser con bolívares), el dominio... Yo siempre había creído que América podía ser el fermento, el árbol que va a producir mejores frutos, la renovación de la Iglesia. Y ahora, aunque me cuesta decirlo, voy creyendo cada vez menos.
P- ¿Por qué?
R- Porque veo que la cultura avanza muy poco, el desarrollo económico no llega a las clases más populares y miserables, la corrupción galopa (como aquí, y en Europa), haciendo que la gente viva en una situación de desconfianza, inseguridad e inestabilidad. Y luego, los valores. Que fallan tanto allí como aquí.
P- ¿Cuál es el papel, por un lado, y la responsabilidad de la Iglesia, por el otro?
R- Con toda sinceridad, yo creí que la Iglesia daría allí una respuesta mucho más valiente. Yo no voy a hacer un canto a la Teología de la Liberación, como tampoco puedo hacerlo a la Iglesia adormecida que tiene una Pastoral de mantenimiento, de costumbres y ritos y una religiosidad popular que no tiene mañana. Que no llega a cambiar las estructuras sociales, ni a convertir a la persona al Evangelio, que es conversión a los más pobres y desheredados. Desheredados no sólo económicamente, sino cultural o afectivamente. En Perú, según las estadísticas el 60% de los niños han nacido en ambientes extramatrimoniales. Hay muchas chicas madres solteras, porque eso lo da la cultura.
Si las cosas siguen así, no podemos esperar una solución a corto plazo. En Perú, por ejemplo, la macroeconomía va muy bien, pero las clases populares no se reaniman. Por ese tipo de Iglesia y de religiosidad, no hay respuesta de cambio. La Revolución Bolivariana tendría que hacerla precisamente la Iglesia, porque tenemos la lengua común y la fe común. Pero la fe debe ser madura, bien evangelizada. No la religiosidad que consiste en bendecir el carro o el peine, los que lo tienen.
P- Sin embargo, la tesis dominante en la Iglesia romana es precisamente esa: una Iglesia más de mantenimiento que concienciada o manchada en el barro, como creíamos que podía ser la Iglesia iberoamericana. La visión que nos estás ofreciendo es bastante desesperanzada.
R- Sí, y además lo digo con sinceridad. He visto muy pocos hablando con tanta fuerza como yo de este visión, y creo que para América se necesita la verdadera pasión de que hablan los documentos, urgencia y audacia. Para llegar al cambio de las personas, de los entes, de los grupos, de la sociedad y del mundo de la política. Y si no se da esto, iremos muriendo poco a poco, porque dentro de 10 años América tendrá menos cultura, mayor pobreza, y unos esquemas mentales como los tenemos ya tristemente en Europa, debido a la pérdida de valores.
P- ¿Tendremos una Iglesia vieja en una sociedad que no ha pasado por los mismos filtros que ha pasado Europa?
R- Y posiblemente se repita lo que aquí: una Iglesia con personas viejas, envejecidas y envejecedoras. Es necesario, como se dijo en Aparecida, que haya más ardor. Pero esto no debe quedarse en letra muerta. Tiene que llegar a la hora de los organigramas, al estilo de educación que forme personas críticas, bien informadas y con capacidad resolutiva. Los buenos deseos valdrán para el cielo, pero no para el suelo. Hay que transformar la realidad.
Yo podría contar un montón de anécdotas para demostrar que hay un estilo de Iglesia que no responde, mientras que en otros sectores (ambientes de suburbio, zonas indígenas andinas...) los jóvenes viven entusiasmados. Esto se ve por ejemplo en el ambiente festivo de las celebraciones, que es lo que le falla a la Iglesia. Por eso las sectas se van llevando gentes, no en razón de los dogmas, sino de la falta de vida, de la alegría que mantienen, por ejemplo, los brasileños.
Si vieras los ambientes en que los jóvenes están machacados por tantos motivos, y cómo vibraban... A mí me dieron un anillo como símbolo de la opción por los pobres, de la alianza con los necesitados, con los que sufren.
Es necesario que estemos concienciados para crear cauces, porque hay un aspecto en América que falla mucho: las ideas claras, la capacidad de decisión, el espíritu emprendedor de generar las propias energías, las propias riquezas y recursos, y no estar pendientes de las ayudas de Europa ni de EEUU ni de Canadá.
Además de estos libros que he presentado, hay otras colecciones. Cuando voy a diferentes países, encuentro gente que me dice: "¡Si yo me he formado con tu libro!". Somos conscientes de ello, y por eso tenemos una gama amplia en este terreno: la colección Aprender leyendo, leer disfrutando, Educarte, expresarte, la de familia, la de Pastoral Juvenil, la de líderes, y una de formación sociopolítica que tenemos en proyecto. Son imprescindibles. Cada vez me meteré más, porque me llaman, por ejemplo, desde un programa de televisión semanal: Escuela de padres. También me llaman de un programa de radio llamado Jóvenes con Dios en la onda, y de otro distinto: De amigo a amigo. El comunicador tiene vida, y hay que llegar a la gente.
Yo tengo vida, experiencia y mensaje, y quiero que todos compartamos para que hagamos un mundo más solidario, más fraterno y más feliz. Y no sólo en el campo de los eslóganes.
P- Para aquellos que quieran tener en cuenta estos libros, informarse o incluso comprarlos, la página web es: alfonsofrancia.es ó animadoressigloxxi.es
R- Eso es, y el correo electrónico es [email protected]
P- Pues muchas gracias, Alfonso.
R- Voy a decir una vez más, porque no me entra vergüenza, que para llegar a tantos jóvenes es necesario dinero. Dinero bien empleado. Yo aseguro a todos los donantes que no me gasto ni un café con ese dinero dado, que todo llega a los estratos más populares. Y lucharé para que sea así siempre, porque hay muchas ONG en las que tristemente no todo llega a los desheredados.
P- Muchas gracias, Alfonso. Ya sabes que ésta es tu casa.
R- Gracias, vosotros la tenéis allí, en Perú. No sólo el Machu Pichu, sino a mí, un amigo.