El Mago de la Palabras...
En 1944, cuando sale al mercado de El Mundo que tú eres, de Alfredo Cardona Peña, fue acogida con encendidos elogios. José María González de Mendoza escribiría: La poesía de Cardona Peña es elevada y fina, muy depurada. Plasma, en obra de tan joven escritor, la gravedad del acento, el desdén por los temas fáciles, el propósito sostenido de castigar la forma hasta acercarse a la inasequible perfección (Revista de Revistas, México). Por su parte, Rafael del Río apuntó: Sus temas giran alrededor de los temas eternos y universales, alrededor del común mundo poético de las formas y de las cosas; pero su sensibilidad, su modo de recoger el motivo y transformarlo en substancia poética, adquiere aquí un perfil, una silueta propia y decidida" (Letras de México). Si éstas fueron, en su momento, palabras fervientes de salutación para alguien que iniciaba su camino poético, hoy, años después, Cardona Peña, considerado como uno de los mejores poetas de habla española y como un perfecto conocedor de todo lo que es y rodea a la poesía; sigue siendo de transcendental importancia para la poesía patria. A partir de él, la poesía costarricense hasta entonces tipificada por las mareas neo-clásicas europeas, sufrió un cisma que fortaleció su alianza con la nueva generación de poetas y escritores jóvenes costarricenses; abre una veta distinta en la cantera de la cultura; sobre todo porque el bardo, tendría entonces poco más de 27 años, y era el más joven de los exponentes de la poesía nacional, que iniciaron un éxodo por distintas patrias centroamericanas en busca de mejores espacios culturales y que, finalmente terminaron en México, cuna de su mayor época de gloria y esplendor, para todos ellos. Él sin embargo, desde el principio viviría en México...
Inicié este dialogo con Cardona Peña años atrás, en el Taller Literario del Café Cultural de Francisco Zúñiga Díaz, al que solía llegar una vez al año, de 1983 a 1995, siempre en compañía de Antonio Cardona Cooper, con la misma pregunta que quizás ustedes se hacen, ¿Por qué México?, con los años la respuesta se fue definiendo cada vez y quedó clara en los días anteriores por la platica que sostuve con Alfredo Cardona Chacón, hijo del poeta:
... fue quizás el último lugar al que pudieron llegar a buscarsesin presiones de ningún tipo y el único en que su laberinto, eso que llevábamos por dentro, les permitió salir avante hasta el final...
Solo que Cardona Peña, nunca tuvo intención de huir del terruño amado, por el contrario, por decisión propia él abrió las puertas de un mundo nuevo para quienes vinieron detrás; pues es un echo bien sabido que nadie es profeta en su propia tierra...
... por eso cada que podia, volvía a su tierra...
No habiendo sido victima de un exilio obligado por circunstancias propias de la época como en el caso de Oreamuno y Odio, o de la forzada por la militancia política en el de Maria Isabel Carvajal, Carmen Lyra, Alfredo Cardona Peña; inaugura un nuevo estilo literario, a la vez lúdico y terrenal, escrita tal y como entra en la cabeza según nos va viniendo; es decir, poesía que regresa a su origen, sustituyendo las grises palabrerías académicas de poesías y prosas que hace largo tiempo cayeron en las falsas manos de ídolos de barro, de los que se confesaban públicamente como niños odiseicos perpetuamente atrapados dentro de su propio mito; pero que sin detenerse a buscar una salida propia creen decir cual es la forma correcta de salir del laberinto, y se limitan a cuantificar los escarceos de la luz y la sombra puesta sobre el horizonte creador, muy de la mano de José María Heredia, poeta a quien José Marti denominó como su padre literario.
Hace cerca de dos años, mantuve con Alfredo Cardona Chacón, un hombre monumentalmente alto, para mi bastante distinto al resto de la familia por su parecido con los príncipes mayas, porducto probablemente de esa descendencia cultural que ha desarrollado con gran éxito profesional, es a mi entender, parte del legado de su padre. Pese a que no tiene mayor contacto con la cultura literaria nacional, la conversación que desarrollamos hace pocos días en casa de Citlali Ferrer, en Cuernavaca, puso en perspectiva el acusativo correlativo a un enorme estreñimiento en lo moderno, en donde lo actual, lo que tenemos y mostramos demuestra la castración a que hemos llegado con el devenir de los años posteriores a la muerte de Cardona Peña y de la mayoría de los viejos poetas costarricenses de entonces.
...papá tuvo el mismo tipo de fogonazo de todos ellos, fue un hombre
muy entregado a su realidad, el escribir,
y lo cultivo abiertamente porque lo suyo era la naturaleza,
las palabras como las entendía y sentía y,
eso hizo que fuera siempre más allá;
aunque nunca dejó de lado su militancia política...
Actualmente casi la mayoría de la nueva generación de escritores jóvenes desconoce quién fue Cardona Peña, y si lo saben lo hacen por una referencia muy causal, cuando lo cierto es que Alfredo Cardona Peña, (San José, 1917 – México, D.F., 1° de febrero de 1995), fue un poeta emblemático y revolucionario de su tiempo y época (y recordemos que no son lo mismo), miembro de una de las familias de mayor abolengo cultural; descendiente directo de Alejandro Cardona Llorents, quien fuera el autor de la marcha de guerra contra los filibusteros, y de Gregoria Dolores Valverde Castro; cuyos cinco hijos Alejandro, Jenaro, Elena, Ester e Ismael, cimentaron las bases de la vida política y, cultural del país. Primo de Jenaro Cardona, autor de La Esfinge del Sendero, quien a su vez sería padre de Jorge, el padre de Cardona Peña.
Creo que como la mamá de papá
murió cuando el tenia apenas tres años,
el siempre supo que lo suyo era la poesía...
La leyenda popular dice que al cumplir los trece, partió con el resto de la familia hacia El Salvador; y que al regresar en 1933, teniendo apenas 16 años, Joaquín García Monge, impresionado ante la claridad de su verbo, editó una antología con sus poemas, y después se encargaría de convencer al padre y familia de que lo enviasen a México, a estudiar periodismo
... oficio que ejerció con elegante entusiasmo, desde El Diario Novedades,
haciendo critica literaria y editorial,
cuando sólo tenía 23 años...
Por esa misma época hizo entrañable amistad, para toda la vida, con el maestro Diego Rivera, con Ali Chumacero, y el maestro Henestroza
Papá y Rivera eran muy cercanos;
pero fue con Chumacero y con José Luis Martínez,
con quienes fundó Tierra Nueva y El Hijo Prodigo,
ambas revistas de mucho prestigio, acá...
Amante de su tierra, Costa Rica, Cardona Peña fue muchas veces el cónsul literario auto-encargado de recibir lo nuevo del país que llegaba a México...
...en casa siempre eran frecuentes las visitas
del maestro Francisco Zúñigay en ocasiones de Arturo Echeverría...
De su vida en México se puede y debería decir mucho más. Por distintas fuentes y medios supe que en 1950 inició una serie de entrevistas semanales con Diego Rivera, algunas verídicas, otras imaginarias, que luego serían El monstruo y su Laberinto
...casi siempre estaba metido en luchas sociales,
por lo cual sus crónicas caminaron por todo México,
y se leían desde los barrios pudientes a los de quinto patio...
así de sencilla era su trabajo cultural y político
Con el nacimiento de los hijos, inauguró su edad de oro sin apartarse del realismo que todavía no pocos narradores “ticos” utilizan, explotando la fantasía, con Cuentos de Magia, de Misterio y de Horror,1966, Fábula Contada, 1972, Los Ojos del Cíclope, 1980, Festival de Sorpresas; y sin embargo, entre los mexicanos y costarricenses, fue su poesía quien lo llevó a ser conocido. Su primer poemario, El Mundo que tú Eres, 1944, fue ilustrado por Julio Prieto, y publicado por la imprenta universitaria
...alguna vez me dijo papá, que ese libro
le nació en solitario, explotando cada beta
de su conocimiento guardado desde
que salió de Costa Rica,
actualmente no es posible conseguir otros,
salvo los que yo guardo para recordarlo...
Aunque murió en D.F., gran parte de su vida la pasó en Juchitan, estado de Oaxaca
... porque un amor entrañable lo unió desde el principio el Istmo de Juchitan
(una pequena Costa Rica, muy parecida al
mundo que él conoció...)
y con Alba Chacón,
mi madre y para ella creó
todo un universo condensado
en Bodas de Tierra y Mar...
Cuya primera edición vería la luz en de 1950, bellamente ilustrado por Raúl Anguiano; siendo sólo el preludio de Los Jardines Amantes,1952, Cosecha mayor, 1964, Anillos en el tiempo 1980, entre muchos otros que faltan por ser ubicados, pero que se encuentran nombrados en una antología de sus poemas con el que ganó el Premio Nacional de Campeche, México, en 1983...
La costumbre hace hábito. El poeta, y el escritor son una cantera que conocen los distintos tipos de piedra que forman la palabra, y como el picapedrero, saben bien qué técnica utilizar porque se hacen a sí mismos, decían tanto Zúñiga como é,l y no le han de importar ningun otro reconocimineto que saber que todo fue hecho por su propio sacrificio, y dar todo lo que pudieran y siempre más, es algo que graban en las páginas de cualquier trabajo que hacían... Aunque dejó Costa Rica muy joven, el terruño que rememoraba con nostalgia, siempre fue visitado, una vez al año para ver a la familia, y los amigos, tiempo que aprovechar para revisar las publicaciones y amistades nacionales, y dar una o dos conferencias
... pero, a México siempre volvió, más que nada,
porque quería estar cerca de mamá que murió
cuando yo tenia catorce años...
la pasión de papá era la palabra...
Uno de los mejores columnistas en México, colaborador asiduo en Costa Rica del periódico La Nación y del Semanario Universidad, sin olvidar que probó suerte en el único ensayo literario que hizo como análisis de la poética Nerudiana, la pluma de Cardona Peña no conoció ninguna tregua hasta la muerte...
Poeta al fin al morir, quiso que lo enterráramosen el Cementerio General, al lado de su madre
a quien nunca conoció,
para poder conocerla en la muerte...
Ese fue, su mayor reconocimiento: morir con la admiración de los suyos.
En D.F., La Pascual, sindicato de empleados proletariadosal servicio de un grupo de un grupo de grandes potencias
ecónomicas que,con ayuda de papá y de otros, lograron
que el negocio pasara de manos, del estado a los empleados,
mandó notas luctuosas en todos los periodicos del país,
al igual que lo hicieron todos los miembros del partido
comunista del que formó parte...
Morir, con el reconocimiento de los que dejó atrás pero que siempre reconocieron lo fuerte y majestuoso de su obra:
Quedaba el último de sus amigos, Ali Chumacero, que les llevaba diez años a papá,y a todos...En esa ocasión me tocó viajar a Costa Rica,en compañía de Leopoldo Legivas,representante de la Coalición Obrera
de Campesinos y Estudiantes
del Istmo, porque
Chumacero, el último en pie,
quién tenía que cumplir la palabra
de que el último acompañaba
enterrar al que quedase,
a la mera hora, se quitó
porque le tenia horror a los aviones...
De todos modos tenía que ir.
cargando un TANGU-YU, (una figura prehispánica,
que simboliza la unión entre los mundos),
llegué a enterrarlo...
Allá fue mi mayor sorpresa;
afuera había manifestaciones populares por su muerte...
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Alfredo Cardona Peña: San José (1917) – México 1995
Poeta, periodista, narrador, crítico y ensayista, su obra es amplísima. Premio Centroamericano de poesía (1948), Premio Continental, a raíz del tricentenario de Sor Juana (1951) y el Nacional de Poesía (1963), Así lo atestigua la acogida que sus publicaciones han merecido a Pablo Neruda, L. Cardoza y Aragón, C. Pellicer, E. González Martínez, F. Giner de los Ríos, Concha Zardoya... y todas aquellas personas que se han acercado a su poesía. Libros publicados: Danza de rostros, SEP, Cuadernos de Lectura Popular, núm. 179, (1969), La entrevista literaria y cultural, UNAM, Poemas y Ensayos, (1978), Viento en prosa, Editorial Costa Rica, San José, (1982), Oaxaca en el mundo y temas precolombinos, Casa de la Cultura de Juchitán, (1988). Poesía: El mundo que tú eres, Imprenta Universitaria, (1944), Cincuenta años de poesía, Oasis, Percance, (1948), Valle de México, Cuadernos Americanos, (1949), Bodas de tierra y mar, Gráfica Panamericana, 1950, Poemas numerales (1944–1948), Guatemala, Ministerio de Educación Pública, Contemporáneos, núm. 17, 1950. Los jardines amantes, Cuadernos Americanos, núm. 23, 1952; CONACULTA, Lecturas Mexicanas,(1992), Recreo sobre las barbas, Jus, Bajo el Signo de Ábside, (1953), Zapata, Cuadernos de Artes de México, núm. 4,(1954) Alfonso Méndez Plancarte (1909–1955), Manuel Porrúa, (1955),Poema nuevo, sobretiro de Cuadernos Americanos,(1955),Primer paraíso, Juan Pablos, Los Presentes, núm. 28, (1955), El pueblo que eres tú, e.a. (1956), Lectura de Dante, Cuadernos Julio Herrera y Reissig, núm. 56, Montevideo, 1958. Sonetos enamorados, Cuadernos del Cocodrilo, Textos Amorosos, núm. 6, (1958),Mínimo estar, sobretiro de Cuadernos Americanos, (1959),Oración futura (plaquette), suplemento de Ecuador 0º0'0'', Revista de Poesía Universal, (1959), Poesía de pie, Ediciones de Andrea, Los Presentes, núm. 74, (1959), Poema de la juventud, Ecuador 0º0'0''/Revista de Poesía Universal, (1960), Poema del retorno, Ecuador 0º0'0''/Revista de Poesía Universal, (1962), Lectura de mi noche (plaquette), San José, L'Atèlier, (1963), Cosecha mayor (1944–1964), Editorial Costa Rica, Biblioteca de Autores Costarricenses, San José, (1964), Poemas de nuestro tiempo (plaquette), Cuadernos Americanos, (1964), Confín de llamas, FCE, Tezontle, (1969), Asamblea plenaria , Joaquín Mortiz, (1976), Sonetos al soneto, sobretiro de Novaro, (1976),Trampa del olvido, sobretiro de Cuadernos Americanos, (1977), Segunda asamblea plenaria, Alcaraván, (1978), Anillos en el tiempo, Editorial Costa Rica, San José, (1980), Llama poética para El Salvador, e.a., (1982)Selección poética, Institución Cultural de Cantabria, Pliegos de Poesía Peña Labra, Santander, (1988).
Creditos:
A:
- Citlali Ferrer, a su madre, familia y a la Casa de la Encina
- Alfredo Cardona Chacón,
- y Leticia Luna