Alfredo Landa

Tiene cojones que lo primero que me encontré ayer al abrir la prensa es que se ha muerto Alfredo Landa. Reconozco que tengo una especial predilección por Landa o mejor dicho por el Landismo. Poca gente me lo ha hecho pasar tan bien con unas películas tan básicas como era la época donde Don Alfredo triunfó. Como pasa habitualmente con los grandes llega un punto que ellos mismos saben que todo en la vida tiene un fin y hay que dar un salto de calidad y descuantificar el ritmo y convertirse en uno de los actores más importantes de la historia del cine. Landa comprendió que su hora llegaba y dio muestras de lo que es un ACTOR. “Los santos inocentes”, “El bosque animado”, “La vaquilla” o “La marrana”.

Hace cosa de un par de años me leí el libro “Alfredo el grande, vida de un cómico”. Es un repaso a su vida escrito por Marcos Ordóñez, un tipo de biografía, donde resultó ser un examen a conciencia de su filmografía. El libró fue controvertido ya que no dejaba títere con cabeza, o mejor dicho decía la verdades y miserias de sus compañeros de profesión. No se si de él se podría decir lo mismo o incluso peor, seguramente si pero ahora pasamos a la fase de “qué bueno era”.

Siempre digo que hay gente que debería de ser eterna y Landa es uno de ellos. Yo no seré el más adecuado para evaluar y calificar su trabajo, lo que si sé es que mientras me sentaba en mi sofá y arrancaba el portátil hace cosa de una hora, a la vez que me tomaba un helado de Häagen-Dazs (vainilla y nueces de macadamia) se me ponían los pelos de punta al leer que Don Alfredo Landa había muerto. Ha sido un momento de shock de esos que el cuerpo niega lo que tu mente razona.

Acostaosestámejó es un grano de arena en un desierto, pero no podía dejar pasar la oportunidad de darle las gracias a Landa por hacerme soñar, volar y disfrutar como nadie lo ha hecho. Sé que estas cosas poco importan ahora una vez muerto pero sirvan de bálsamo para mi conciencia.

¡Un abrazo gigante maestro!