Las algas marinas tienen significativas cualidades nutritivas, estimulantes, tónicas, reguladoras y reconstituyentes, es por ello que muchas marcas de cosméticos las utilizan.
Existen alrededor de 10 mil especies diferentes de algas. Poseen mil veces más yodo que cualquier otra planta, siendo éste un eficiente antiséptico natural. Contienen altísimos niveles de minerales y poseen propiedades emolientes como aliginatos y carragenados, maravillosos para la piel y el cabello.
Aunque existen algas en cualquiera de los mares del planeta, las más cotizadas en cosmética son las de la región de Bretaña, situada en la costa atlántica francesa, y conocidas como laminarias.
Se las utiliza en dietas de adelgazamiento, como antiinflamatorio y antirreumático. Los guías de montaña sherpas y peruanos, en lugares tan opuestos del mundo como los son el Himalaya y los andes, llevan entre sus provisiones pequeñas bolsas de un alga de la familia de las laminarias: el kombu, para facilitar la respiración que se dificulta en las alturas y para disminuir el cansancio de las piernas que causan las largas horas de caminata. Tanto es así, que consumir kombu con frecuencia o aplicarse cremas a base de algas mejora notablemente la circulación y elimina poco a poco la celulitis.
Otra de las algas pardas más utilizadas es la fucus, muy rica en yodo. Aunque tiene otras propiedades valiosas, su uso más habitual es como anticelulítico, laxante y por su fecto, supresor del apetito. En los laboratorios, centros de dietética y tiendas de productos orientales, se encuentran en distintos preparados, solas, mezcladas entre sí o con otros productos, y desecadas para usos culinarios.
Desde el punto de vista curativo, cada vez se utilizan más los baños tonificantes a base de algas. Estas curas se recomiendan para la recuperación de quienes han sufrido luxaciones o fracturas, algunas operaciones relacionadas con los huesos y para el tratamiento de artrosis, osteoporosis, celulitis, problemas de la piel y estados de fatiga física y mental.