Revista En Femenino

Algo así como un puerperio tardío.-

Por Cassandracastro
Materna dice sobre el puerperio:
"Se trata de la etapa que transita la nueva mamá desde el nacimiento de su bebé, hasta el momento del retorno a la vida más allá del mundo de los pañales. Es decir que este tiempo variará de una mujer a otra, y que nada tiene que ver esto con el alta médica.
Históricamente se vinculó el puerperio con el alta médica que se da a los 30-40 días luego del parto, en la que se incluye el permiso para retomar la actividad física y reiniciar una vida sexual activa. Pero lo importante es tener presente que esto es a nivel físico, orgánico, y que nada dice del estado emocional de esa mujer, ni de su deseo. Por ello es importante pensarlo como un  proceso de adaptación al nuevo rol maternal, que transcurre desde el momento del parto, primer encuentro real con el bebé, hasta el equilibrio emocional afectivo que demuestra la adaptación lograda."
Esta definición me parece fantástica. Y creo que refleja perfectamente lo que a mí me pasa como mujer. Lo de la recuperación física casi lo tenemos (me faltaría más pelo nomás y un poco de color porque van dos veranos sin sol así que parezco Morticia Adams). Ahora la estabilidad emocional...te la debo!
Convengamos que nunca fui 100% estable emocionalmente. Me involucro mucho, me caliento fácil, me preocupo mucho, y reconozco tener un temita con ser socialmente aceptada. Creo que hasta antes de tener a Sancho (ya Chiquitín quedó en el pasado con sus doce kilos), venía de alguna manera regulando reacciones o con las energías bien puestas en eso. Más allá de los vaivenes de la vida, me sentía bien socialmente. Me sentía bien con mi imagen corporal, estaba amigada con ella.  Ahora después de Sancho, no puedo equilibrarme emocionalmente ni con mi imagen corporal. Recién ahora puedo verme al espejo y juntar a la chica que era con la mujer que soy y esa imagen me gusta. Me cuestan menos las fotos. Podría decir que ahora me reconozco. En cuanto a lo social, hago agua por todos lados. O no me puedo poner en el lugar del otro, o quiero ganar todas las discuciones, o me pongo mal porque no encajo en ciertos grupos o me angustio por si pensarán que soy una densa hablando todo el día de mi hijo. Termino siempre conectada al whatsapp queriendo estar en todos lados y en ninguno. Ahora eso sí, en casa con mi familia soy la mujer más feliz del universo. Desbordo de alegría. Será cuestión de empezar a mostrar esa alegría. De involucrarme más con lo que pasa en casa y contagiar todo eso lindo que pasa a mis relaciones. De bajar un cambio y quererme más. Confiar más en mí. Y aceptar más cuando me equivoco. En fin, como verán, esto de encajar en la sociedad y fusionar mi nuevo rol con el afuera no se me da bien. Pero como me dijo una amiga hoy..Será cuestión de parar, dejar de enroscarse tanto y quizás las cosas se den más fáciles.

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