Javier Serrano.
«Sustancia narrativa, sustancia narrativa, sustancia narrativa…» Las voces, quizás en su mayoría de procedencia interior, percutían en todos los sentidos del atormentado y abominable hombre de las nieves a quien el cambio climático había privado ya de buena parte de sus extremidades superiores y estaba ahora empezando a hacer mella en los espacios inmediatos del bajo vientre, de modo tal que tentada estaba la horrenda criatura de inmolar por sí misma el resto de su naturaleza suspendiendo lo que de ella quedaba sobre la gruta del volcán aún crepitante a modo de gigantesco pernil para que, en efecto, el relato llegara a tener algo de sustancia.
(LUN, 457 ~ «Lo figurantes de Javier Serrano», VIII; 01.03.23)