Hace poco leí lo de las cuentas que no es capaz de descifrar el juez Ruz: Obispado, Ranke y Rosalía. Comprendo que puede haber algunas que necesiten una investigación para deducir a quién pertenecen, pero hay cosas que brillan con el color de la evidencia. Por eso lo de Ranke y Rosalía se lo vamos a dejar al cajón de los supuestos.
Pero, ¿qué pasa con Obispado?¿Vamos a seguir sin imputar a ningún miembro de la Iglesia? Más claro agua. ¿Es que acaso se trata de deducir el Obispado de dónde? Debe de haber muchos dedos apuntando a Rouco Varela en este momento, pero la justicia es ciega, al menos algunas veces, o cuando conviene (yo sigo afirmando que sólo es tuerta).
Entiendo qué se necesita para establecer la base de un crimen; lo de comisión, oportunidad, móvil… Pero esto no son matemáticas. Si faltan datos para la ecuación, el crimen siguen estando ahí, la ecuación sigue siendo ecuación aunque haya variables sin resolver.
Lo que no es de cajón es que, aunque no haya imputados para esta parte, es que se continúan siguiente las prerrogativas de la Iglesia para legislar, sin que ni siquiera se planteen lo correctas o incorrectas que puedan ser (véase últimamente nuestro malquerido Gallardón, exalcalde de Madrid, actual ministro de justicia, y amigo de siempre del Opus Dei, si no militante religioso de pro).
Ya estamos en que no se puede meter en el saco a todo un colectivo por el pecado de unos pocos, pero en un país donde somos expertos en hacer esto, debería importar poco. Ya sabemos que las fiscalías están tan corruptas como los partidos que las controlan, pero un mínimo de decencia no estaría de más, aunque fuera para disimular.
No me extraña que se hayan empeñado tanto en quitar Educación para la Ciudadanía, apenas entienden de ética.