Hoy toca escáner. Si la cosa va bien, el tumor no se habrá hecho más grande y se habrá quedado más o menos igual, que es lo mejor que podemos esperar, porque si disminuye su tamaño entonces ya entramos en la categoría de milagro y a estas alturas no voy a ser yo quien crea en los milagros aunque si el tumor aparece de la nada y, como por arte de magia, viene para quedarse y joderme la vida, también sería posible creer que se irá de la misma forma, sin decir nada, así, como por arte de magia.
¿O no?
Pero, no sé porqué, los milagros solo se dan en una dirección, la que te hace daño, nunca la que te cura. Debe ser porque así de injusta y pestilente es la vida cuando quiere. Aunque para ser honestos también supongo que yo lo veo según me va a mí y ahora mismo no me va nada bien. La gente que tiene un golpe de buena suerte seguramente lo ve de otra forma y probablemente piensen que la vida es maravillosa, pero me parece que, así en general, la vida da más noticias malas que buenas. Conozco mucha más gente que ha sufrido una tragedia, que gente que ha tenido un maravilloso golpe del destino. ¿Será así o es que mi visión está contaminada y pesimista?
En cualquier caso espero que hoy el escáner arroje buenas noticias. No sabré los resultados hasta dentro de varios días, pero aún así me pongo nervioso antes de la prueba.
Tanto que el post de hoy termina así. Abruptamente.