No es que hayan hecho demasiadas películas juntos, pero la pareja cinematográfica formada por Tom Hanks y Meg Ryan es una de las más icónicas del cine romántico, y seguramente la que nos ocupa sea la mejor de las tres que han protagonizado. Si bien no es una comedia al uso, ya que tiene más tintes dramáticos que humorísticos, tiene espacio para algún que otro chiste y personaje gracioso, como el interpretado por Bill Pullman, pero en lo que sí destaca es en brindarnos un tipo de amor platónico e idealizado pocas veces visto en pantalla. Y es que compartiendo escasos minutos en pantalla, su química es palpable en la distancia, y aunque la ternura y dulzura que desprenden pueda llegar a empalagar, es una apuesta segura de película perfecta para ver y disfrutar en pareja sin riesgo a generar malos rollos.
Mi puntuación: 7/10