Revista Educación

Algo pasa en mi ciudad

Por Noelia-Golosi @ElBlogDeGolosi

Algo pasa en mi ciudad

Esta semana me he llevado una grata sorpresa en mi ciudad en lo que a comercio se refiere. Cualquiera que lo conozca mínimamente sabe que Castellón no es que destaque precisamente por su variedad en establecimientos de esos a los que acuden las Trendy Mothers de las que nos hablaba laMamádelGremlin. Hay alguno, no digo que no, como un Àbacus con un mogollón de cosas chulas y anónimas para mí, destinadas a hacer mil y una manualidades súper-molonas. Y alguna tienda más, de estas de barrio, que no he pisado en la vida. Incluso algún que otro taller de creatividad. Pero vamos, que no abunda.
Reconozco que a mí eso del scrapbooking, o ya no digamos del whasi-tape me sonaba a chino hasta hace unas semanas, al igual que a la mayoría de personas de mi círculo más o menos cercano, si no a todas. Y hace ni medio año pensaba que las cupcakes sólo existían en las revistas, pelis y blogs más chics, photoshop mediante. Imaginaos. Eso sí,  no soy totalmente inexperta en esto de la reposteríacreativa por y para mis niños; el título de principiante lo conseguí con las galletas con forma de estrella, oso, elefante, hipopótamo y corazón que hice con Miss hace unas semanas y que no he vuelto a repetir. 
Bueno, a lo que iba, que me pierdo. Pues resulta que el otro día volviendo del trabajo opté por un camino alternativo; me metí entre callejuelas, de estas peatonales con casas bajas de las de toda la vida y con restaurantes y tiendas "que molan" y escasean. Iba yo mirándolo todo encandilada, como cada vez que me pierdo por esas calles y descubro algún lugar nuevo en el que no me atrevo a entrar, y ahí, en una esquinita, en el bajo de una casa, me topé con un escaparate con mogollón de cortadores de galletas (no sé el nombre trendy, perdonad mi ignorancia) con mil una formas diferentes, acompañados por otros artilugios completamente desconocidos para mí pero igualmente trendys. 
El escaparate era de una tienda nueva llamada Dolç i mes y, a diferencia de lo que he hecho hasta ahora con el resto de comercios de la zona y el estilo, me decidí y entré. Como he dicho, lo primero que me llamó la atención de esta pequeña tienda fue su existencia. Es pequeña, aunque a mí me parece que tiene de todo para la repostería creativa. La propietaria me pareció maja, aunque quiza un poco seria, con rasgos de timidez, tal vez debido a la reciente apertura y el estrés y caos iniciales (iba de culo reponiendo las estanterías). Entré por pura curiosidad, con la escusa de ver unos cortadores de galletas con formas que después me llevé y que aun no he usado - pero de estas fiestas no pasa - y pienso volver a llevarme varias cosillas más, aunque antes tendré que hacer un cursillo-taller intensivo de repostería creativa. O sin el creativa, da igual. Aunque reconozco que no tengo ni pajolera idea de dónde poder hacerlo.
Algo pasa en mi ciudad

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