No encontraba el momento, tengo montones de proyectos en funcionamiento que no me dejan mucho tiempo, incluyendo nuestra Asociación de Apoyo a la maternidad y la lactancia.
Pero ahora, la ocasión merece que escriba el más importante y merecido post de todo este blog.
Mi madre ha fallecido, ya no está, se marchó de nuestro lado el pasado día 13 de noviembre y desde entonces vivo en una enorme tristeza y vacío aunque en la satisfacción de que ella ya, por fin, está bien y tranquila, por fin alcanzó esa gloria tan merecida.
Este blog lo comencé a escribir para contaros mis andanzas con mi maternidad, porque la maternidad nos transforma, porque nos hace ser mejores personas, porque hace que nos demos a nuestros hijos y a los demás, nos hace más generosas, más atentas, más cariñosas, nos hace lobas, que hacen y luchan todo lo que sea necesario por nuestros hijos...
Y así ha sido mi madre toda la vida. Una luchadora, una gran luchadora desde que era niña. Ella se quedó sin su amada madre con tan solo 9 años y desde entonces no ha parado de luchar y de salir adelante de momentos muy duros y oscuros... y ha querido a sus hijos incondicionalmente, siempre, pese a todo, pese a nuestros errores. Y en día 3 de enero de este año perdió a mi hermano, a su hijo mayor y ese fue el remate que terminó de quitarle la poca vida que ya le quedaba. Sus ganas de vivir eran sus nietos y así lo ha demostrado hasta el final, el día anterior a su partida, cuando Casato y yo le llevamos su regalo de cumpleaños.
Ha tenido siete hijos, entre ellos yo, la última, la pequeña de la casa, que llegué cuando ya nadie me esperaba y que sé que le alegré la vida después de tanto sufrimiento.
Hemos pasado momentos duros y ella siempre ha estado ahí, al pie del cañon, sacándonos adelante como ha podido junto a mi padre, siempre nos puso un plato de comida en la mesa aunque eso significara que ella se quedara sin comer, siempre nos vistió y nos llevó dignamente por la vida, nos enseñó a respetar y a que nos respetaran y siempre ha estado ahí en los malos momentos.
Tengo montones de recuerdos maravillosos de mi infancia junto a ella: cuando bailaba sobre sus zapatos, cuando la escuchaba cantar mientras cocinaba, cuando tenía paciencia infinita para dormirme cada noche y me cantaba mil canciones, aunque a veces terminara yo cantando con ella...
Recuerdo lo orgullosa que se sentía de mí cuando me escuchaba cantar o cuando hacía algo importante, cuanto me gustaba que me llevara a la cocina con ella mientras cocinaba, me encantaba estar con ella...no quería separarme de su lado. Y hasta el día anterior a su partida la he llamado cada día, simplemente por el gusto de escuchar su voz que tan grabada se ha quedado en mis oidos y mi corazón.
También tuvimos nuestras diferencias, que están tan borradas de mi corazón que no merece ni la pena recordarlas, porque todo el mundo tiene derecho a equivocarse, porque sé que siempre, pese a todo, me ha adorado y siempre he sido su niña pequeña, porque así me lo ha demostrado durante sus últimos años, en los que volví a sentir a mi madre tan tan cerca de mí que necesitaba llamarla a diario aunque fuera para escuchar su voz.
Y para ella va hoy dedicado este post, por y para ella, en su memoria, porque ha sido una madre maravilloso que lo ha dado todo por nosotros, hasta la salud, porque ha sido una mujer envidiable, con un par bien puestos, que ha salido adelante de toda adversidad que le presentó la vida.
Mamá, me alegro haber sido yo la última en hablar contigo, en poder darte las buenas noches y en desearte buen descanso, porque a la mañana siguiente, tu cuerpo descansó para siempre en paz y tú...sé que estás aquí con nosotros, porque te siento a mi lado, a nuestro lado.
Y como quise poner en tu lápida, a los ojos de todo el mundo:
Gracias por luchar tanto por nosotros. Sin ti y todo lo que has aportado a mi vida yo no sería quien soy hoy.
Se muy feliz allá en el cielo, porque te lo mereces.
Esta canción es para ti con todo mi corazón.
Te quiero mamá.
"Algo se me fue contigo,
madre,
algo se me fue prendido,
madre,
en las alas de tu alma,
madre,
o en tu último suspiro,
madre,
esa eterna madrugada,
madre,
algo se me fue contigo,
madre.
Algo se me fue contigo,
madre,
algo siento que me falta,
madre,
las raíces de mi vida,
madre,
en tu vientre se quedaron,
madre,
en la tierra que tú abonas,
madre,
algo mío te acompaña,
madre.
Algo se me fue contigo,
madre,
las raíces de mi vida y de mi sangre"