8 noviembre, 2016 por julioalejandre
Alguien descansa en la playa, sobre la cálida arena, y sus pensamientos se mecen con el rumor de las olas; alguien corre en pos de una meta que mañana quedará olvidada; alguien construye; alguien destruye; un ser grita con voces cada vez más fuertes que nadie oye, o acaso nadie escucha, en la apretada celda de su prisión; caminos que se cruzan o entrelazan en una plaza dejando rastros tan perceptibles como trazos de carbón; y el pasado o el mañana sólo existen y se confunden en una inconcebible marmita de presentes.