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Alguien - Alice McDermott

Publicado el 04 mayo 2015 por Rusta @RustaDevoradora

Alguien - Alice McDermottEdición:Libros del Asteroide, 2015 (trad. Vanesa Casanova)Páginas:320ISBN:9788416213238Precio:19,95 € (e-book: 11,99 €)Leído en versión original.
He hablado muchas veces del arte de convertir la cotidianeidad del hogar en literatura y, en particular, la cotidianeidad de las mujeres. Eudora Welty, Alice Munro, Anne Tyler y Edna O’Brien se pueden contar entre las autoras que ponen palabras a esos hechos que, por ser tan frecuentes, tan sencillos, requieren de la mirada de un observador atento para revelarlos como trascendentales. A ese grupo selecto, el lector español debe añadir a Alice McDermott (1953), una prestigiosa escritora neoyorquina, ganadora del National Book Award en 1998 por Un hombre con encanto (Tusquets, 1999) y dos veces finalista del Pulitzer. Como ocurre con tantos novelistas extranjeros, McDermott cuenta con una larga trayectoria en Estados Unidos, donde se la considera una figura relevante de la narrativa contemporánea, mientras que aquí apenas se la conoce. Tusquets le publicó dos novelas hace más de diez años, que pasaron sin pena ni gloria, y ahora dos editoriales independientes vuelven a apostar por ella con su último —y aclamado— título: Alguien (2013), publicado en castellano por Libros del Asteroide y en catalán por Minúscula.Alguien - Alice McDermottAlgunos dirán que Alguien es «una novela sin trama», porque, en apariencia, no es más que el relato de la vida anodina de una mujer de clase media, Marie, una neoyorquina hija de irlandeses que nos cuenta en primera persona las experiencias que la han marcado. Desde su infancia, en los años veinte, cuando era una niña curiosa que descubría la brutalidad del mundo escuchando los rumores que circulaban por su vecindario de Brooklyn, hasta la vejez, oscurecida por los problemas de salud, pasando por etapas tan decisivas como el primer empleo, las decepciones amorosas de juventud, la pérdida de los seres queridos, el matrimonio y la maternidad. Marie no hace nada fuera de lo común, no tiene ningún don, no está abocada a un destino trágico; solo es una mujer corriente de su generación, la de los que nacieron antes de la Segunda Guerra Mundial y presenciaron los cambios del siglo XX en las décadas posteriores. Incluso el título, Alguien—traducción fiel del original, Someone—, tiene esta connotación de sencillez, de la voluntad de recrear las vivencias de una persona que de algún modo encarna las de mucha gente anónima.La voz de McDermott, que reconstruye esta historia de forma no lineal, intercalando recuerdos de diversas épocas —porque la memoria resulta así de caótica, aunque todo responde a un orden planificado, como se constata en detalles como la anécdota que abre y cierra la novela—, destaca por su serenidad, su tranquilidad para hablar de lo íntimo; es la voz de quien está de vuelta de todo, de quien ha aprendido a canalizar las emociones y puede mostrarlas con la prudencia de la madurez. Marie evoca los momentos de tristeza, las alegrías de lo cotidiano, las decepciones, las sorpresas; instantes que permanecen en su memoria y que demuestran que lo pequeño (una tarde en la cocina con su madre, el distanciamiento del hermano solitario, un reencuentro inesperado, una visita al hospital) es lo que forja la personalidad, lo que determina cómo vivimos y cómo somos, cómo entendemos la vida. La prosa de la autora, elegante y precisa, brilla en algunos pasajes por su lirismo, un lirismo bien entendido que no recarga el texto sino que se condensa bien con el tono natural y ameno de la narración.

Alguien - Alice McDermott

Alice McDermott

Alguien, bajo este título tan modesto como su protagonista, se gana de inmediato la empatía del lector y le recuerda los temas que de verdad importan, ya que representa en un personaje todas las dudas, los anhelos, las desilusiones y las pequeñas alegrías de una generación. Lo hace, demás, mostrando la ternura de las relaciones humanas, pero también su crueldad, su lado más doloroso. De esta sucesión de experiencias, dulces y amargas, surge la vida, una vida que en las manos pulcras de McDermott se percibe tan bella y conmovedora que obliga a acompañar la palabra «anodino» de «sublime», porque lo que relata es la sublime vida anodina de una mujer. Aún es pronto para saber si esta vez el nombre de McDermott calará en el público español, pero, como mínimo, hay que valorar (y agradecer) la apuesta.

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