"Alguien ha matado a alguien ..."

¿Recuerdan al incomparable Gila? Yo creo que prácticamente todos los españoles hemos oído alguna vez al genial humorista  contar aquel relato según el cual él consiguió con indirectas que Jack el Destripador acabase entregándose a la policía. Según Gila, cada vez que se cruzaba con el asesino, le decía disimulando y mirando hacia otro lado: "¡Alguien ha matado a alguien…! ¡Aquí alguien es un asesinoooo…!". Y claro, el tal Jack no estaba preparado para defenderse de semejante tortura psicológica y confesó sus crímenes.
Tengo la sensación de que en el Ayuntamiento de Ibi está pasando algo parecido. El problema es que todavía no estoy seguro de quién desempeña el papel de Gila, quién el de Jack el Destripador y quién es la víctima, pues las noticias que me llegan son ciertamente confusas (y hablo en serio).
Me remonto al pasado día 30 de diciembre, cuando, a punto de entrar al Ball del Virrey, se me acercó una persona y me dijo algo así como "¿Sabes lo que pasa en la piscina? ... ¿Sabes que anoche la Guardia Civil pasó aquí la noche? ...  ¿Sabes que hay un funcionario que ha cogido la baja por depresión? ... ¿Sabes que han sometido a una empleada del Poli a un interrogatorio de tercer grado?". La verdad es que me quedé algo preocupado, pero no conseguí averiguar nada más en ese momento.
Pasados un par de días sigo sin tener las cosas claras, pero os aseguro que algo pasa. He detectado movimientos muy, muy, muy extraños (funcionarios que entregan manojos de llaves por registro, otros que se prestan a funciones que no son de su competencia, ...), se oyen comentarios muy, muy, muy raros (firmas falseadas, dinero transferido a cuentas en el extranjero, ...), se habla de una caza de brujas en toda regla.
No estoy seguro de que haya relación de estos hechos que narro con lo que le hicieron a mi compañero Santi el lunes pasado: quiso acceder al despacho que tenemos en el Ayuntamiento (a recoger las llaves, la chaqueta, el ordenador, etc.) y, como venía siendo habitual desde que la Policía trasladó el retén a la fábrica Rico, solicitó que le abriesen la puerta.
Cual sería su sorpresa cuando un agente de la Policía Municipal le dijo que para acceder a nuestros despachos por las tardes necesitamos una autorización expresa y por escrito de Mayte Parra. Ni qué decir tiene que nadie nos ha comunicado nada al respecto por conducto oficial, ni el tema se ha tratado en comisión alguna. Simplemente, alguien ha decidido que el edificio del Ayuntamiento esté cerrado por las tardes a cal y canto (imagino que según para quien).
Según he podido saber, esto es la primera vez que sucede en Ibi. Ni sé ni mi importa si, como decía Gila, alguien ha matado a alguien, pero me importa, y mucho, que se pongan trabas a nuestro trabajo como Concejales. Hemos presentado un escrito por registro oficial y estamos a la espera de que nos ofrezcan alguna explicación. Las últimas noticias recibidas ayer son que esta situación se mantendrá de esta forma hasta nuevo aviso.