No supe quedarme cuando pedí que te marcharas.
Me fugué hacia tus ojos para irme en tu mirada.
amarrada en el beso de la última mañana.
No supe cómo quedarme con las manos apretadas
acunadas en el portal de una luna templada.
No hubo gritos, razones ni raíces en la roca.
No hubo sol que saliera o noche que no te evoca.
No hubo paz ni martirio, ni suelo, pared o piso
que me devolviera la vida que te llevaste pegada.
Atrás quedaba mi sombra y nunca te dije nada.
Algún día es hoy que me prometo olvidarte
y acabo rindiéndome a la mitad de la tarde.
Algún día conseguiré que se acerquen las estrellas
y que el mar te refleje en unas cuantas de ellas.
Algún día romperé esta burbuja de poemas
y me convertiré en el papel que destroza tus cadenas.
La tinta, la voz, la pluma y sus alas
atrás dejaré la mitad de las palabras.
Que algún día sea hoy antes de que caiga la tarde.
Antes de que salga el sol
o lluevan todas mis lágrimas.
Que me quede voluntad y fuerza para encontrarme.
Que me traiga de vuelta donde me quedé parada.
Que me abrace y me rompa para poder soltarte
y se deslice tu voz hasta donde no vea tu sombra.
Que algún día sea hoy; y pueda recuperarme.
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