Vetusta Blues. -
“Algunas asociaciones, algunos vecinos”
Siempre me llamó la atención en Oviedo la presencia de unas asociaciones vecinales cuyo único fin parecía consistir en protestar contra determinados asuntos. En concreto, hay una en el Oviedo Antiguo a la que no se le conoce otro fin que acabar con la música en vivo en los locales de ocio. Se desconocen otras actividades adicionales que no sean las de salir a los medios, de cuando en cuando, para protestar por el ruido nocturno generado por los locales de copas del Oviedo Antiguo. Nunca, eso sí, mencionaron nada sobre el grave problema de la bebida en la calle, del botellón y demás. Sus dos únicos objetivos, los dos únicos culpables de todos los males de la ciudad para ellos, son los hosteleros y los músicos. Quizás también deberíamos añadir a aquellos que nos gusta salir de noche de vez en cuando y acudir a conciertos.
Su momento de mayor gozo estuvo, por supuesto, en 2004, cuando se llevó al extremo la máxima y Oviedo fue -supuestamente- una ciudad silenciosa. Ningún problema se terminó y otros se acrecentaron. Pero, claro, ellos ya eran felices en su absurdo paraíso artificial. Ahora, vuelven a la carga con la ordenanza de las terrazas. De nuevo, los hosteleros como culpables de todos los males de la ciudad. Y, además, amenazan con provocar un “escándalo político”. Lo cierto es que el escándalo es que estas supuestas asociaciones que sólo son armas arrojadizas para unos intereses concretos, sigan pululando por la ciudad sin que nadie desenmascare sus oscuras intenciones. Lo suyo es protestar, aparecer de vez en cuando en los medios (éstos sí que les encantan) y no proponer ni alternativas ni soluciones. Por desgracia, han sido copiados en su pésimo estilo y talante de “asociación para la protesta” por otros colectivos con idénticos fines: protestar contra algo, a poder ser algo relacionado con algún interés privado.
Para desgracia suya y bien de la mayoría, existen otras asociaciones o iniciativas que sí son ejemplares, que merecen salir en los medios y ser aplaudidas y apoyadas por sus vecinos. Como los desayunos que organiza la web “¿Pero, quién dice que en Oviedo no hay nada?” que han conseguido unir a comerciantes del Oviedo Antiguo para dar la primera comida del día a niños sin recursos del barrio. O la Asociación Oviedo Redondo que, a diferencia de estos grupúsculos de intenciones parasitarias y protestonas, sí que proponen y disponen actividades para reactivar su barrio, para trabajar en pos de sus convecinos y no para ocupar espacio en los periódicos donde se resalte bien su careto de amargado especialista en protestas vacías e innecesarias y en amenazas con vaya usted a saber qué intereses de trasfondo. Oviedo Redondo ha demostrado la impostura de esos otros -de cuyo nombre prefiero no acordarme pero a quienes todos ustedes conocen- especialistas en el chantaje y la propaganda, no en el trabajo sincero hacia sus convecinos con propuestas tangibles y trabajo duro y real.
MANOLO D. ABADPublicado en el diario "El Comercio" el miércoles 22 de junio de 2016