Revista Comunicación

Algunas claves sobre la fractura del PSOE de Sevilla

Publicado el 20 enero 2012 por Jackdaniels

El socialismo sevillano, uno de los dos únicos bastiones del país donde el Partido Popular no ha logrado imponer su incontenible marea azul, se ha fracturado a las puertas de un congreso que se antoja determinante. El pulso que José Antonio Viera, secretario general del PSOE de Sevilla, mantiene con el aparato regional del partido ha alcanzado a un día de la celebración del cónclave su cenit. Tan es así que el presidente de la Junta de Andalucía y secretario general regional, José Antonio Griñán ha amenazado con no encabezar la lista de Sevilla si ésta no representa a “la mayoría social” reflejada en la ejecutiva provincial.

¿Cómo un partido que aún no ha superado dos desastrosos resultados electorales consecutivos se puede permitir el lujo de enfangarse en una cruenta batalla interna? Muchos militantes aseguran que es ahora precisamente el momento ideal para ello, que no se puede repetir la imagen de los cuatro años en los que Viera intentó sacar de la escena política de la ciudad a Monteseirín sin conseguirlo. Los congresos están para eso, insisten.

Sin embargo muchos otros piensan que esta imagen de división interna y de luchas intestinas por el poder lo único que consiguen es debilitar la marca ante un reto tan importante como las próximas elecciones andaluzas, donde el partido se juega el todo por el todo. El electorado no va a comprender una batalla fratricida por el poder en estos delicados momentos, aseguran.

Lo cierto es que la lectura del previsible resultado de las autonómicas de marzo tiene bastante que ver en el asunto. Hay quienes dan por sentado que los comicios regionales están más que perdidos de antemano y los empujones se deben al afán por encontrar una buena situación orgánica tras la derrota.

Los partidarios de Rubalcaba sitúan en dicha posición a Susana Díaz, secretaria de organización del PSOE-A, que apoya la opción Chacón en una maniobra interna que la llevaría a un cargo relevante en la nueva ejecutiva de Ferraz. Aseguran que dicha jugada está diseñada para huir de la quema de una posible derrota en Andalucía y eludir las responsabilidades que ello conllevaría desde un cómodo sillón en Ferraz y con mayor poder que el que ostenta ahora.

Pero en el PSOE-A todavía hay quien cree que la victoria es posible. Lo ha dicho incluso el propio presidente de la Junta, basándose en los datos arrojados por los últimos sondeos aparecidos y, sobre todo, que ya vislumbraron en los resultados obtenidos en la provincia de Sevilla en las últimas elecciones generales. Todavía hay partido, dijeron entonces.

Se trata de la teoría del recorte de diferencias o del remonte. Una vez se hayan puesto en práctica las duras medidas que está implantando el Partido Popular desde el gobierno central la tendencia se afianzará o incluso se incrementará. Una apuesta arriesgada y de improbable cumplimiento, sobre todo en un clima de división tan evidente. A pesar de que Griñán asegure que el partido está unido en torno a él.

Esta situación de tensión ha dibujado un mapa cuando menos curioso de alianzas. Aquellos que eran enemigos manifiestos en el congreso de 2004, aquel en el que Pepe Caballos se atrevió a echar un pulso al todo poderoso Manuel Chaves, caminan ahora curiosamente de la mano. Viera, que está considerado como amortizado por buena parte del socialismo andaluz dado su desgaste por el caso de los ERE fraudulentos, ha conseguido reunir en su causa a sus otrora mortales enemigos.

Por un lado los denominados “críticos”, antiguos sustentos de Monteseirín y con quienes el secretario general mantuvo una larga lucha de ocho años, entonces coaligado con la ahora enemiga Susana Díaz, sin que consiguiera ganarla nunca. Hasta tal punto fue así que tuvo que dimitir como concejal del Ayuntamiento a los pocos días de tomar el acta por el desagravio al que lo sometió el entonces Alcalde, a pesar de que era el número dos de la lista. Por el otro, Pepe Caballos, al que derrotó y sucedió como secretario general en aquel congreso de 2004, apoyado por Chaves y, a última hora también por Monteseirín. En boca de un veterano militante, los intereses en política conforman curiosos compañeros de viaje.

En la batalla que se prevé finalizará mañana, cada uno mueve sus peones a su manera y como mejor entiende. Todo hace presagiar que la noche de hoy va a ser larga y dura y nadie se atreve a garantizar la existencia de una única lista, al menos de momento. A pesar de que Griñán ya ha amenazado con que sólo encabezará un lista de consenso.

La segunda parte se prevé para bastante después, para cuando toque salir o no en la fotografía de la derrota o de la victoria en las andaluzas. Pero ésa es otra historia.


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