Entre las recomendaciones, se debe prestar atención tanto al tratamiento como hacer una observación de la situación del asma, además de evitar situaciones de conflicto como el tabaco y las enfermedades respiratorias (como gripes y resfriados).
El asma generalmente empeora durante el embarazo, por lo que hay que extremar más todavía las precauciones, ya que el embarazo puede complicar el asma. De hecho, según un estudio el asma empeora en el 35% de las mujeres que se quedan embarazadas, el 33% no hay cambios y es curioso ver que el 28% de las mujeres mejoran el asma en esta época.
Hay que tener en cuenta que los niños pueden heredar el asma, es habitual, por lo que se debe alejar al bebé desde que nace de sustancias que pueden darle alergia.
Sólo se debe amamantar el bebé durante los primeros 6 meses de embarazo, tras los cuales no es recomendable.
Muchas mujeres sienten en los últimos meses del embarazo que les falta el aire, esto no es debido al asma sino a la falta de aire que sufren las embarazadas.
Por tanto, hay que tener cuidado durante el embarazo, aunque el asma no tiene por qué dar lugar a complicaciones si se toman precauciones.
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