Analizando el último Barómetro de Opinión Pública, publicado por el Centro de Estudios de Opinión, decíamos el otro día. Un barómetro encargado por el gobierno de Cataluña y realizado entre marzo y abril de 2014 sobre una muestra de 2.000 entrevistas. En ubicación política, los ciudadanos de Cataluña se sitúan más a la izquierda de lo que parecería corresponder a un país occidental (un 3,62, frente al 4.57 por ejemplo del conjunto de España), y ubican al PP muy cerca de la extrema derecha (8,62), y en la derecha sin matices a Ciudadanos. El espacio simbólico de centro derecha lo ocupaba hasta ahora de manera cómoda la federación CiU (5,64)). Puede pensarse por tanto que sobre el cleavaje izquierda / derecha pesa mucho aún la ruptura centro / periferia. Y puede pensarse también que la construcción simbólica de los últimos treinta años que ha llevado a cabo el nacionalismo ha conseguido que el centro derecha no nacionalista sea visto como derecha o extrema derecha españolaza por parte del conjunto de la ciudadanía catalana.
Esa deslegitimación explica (al menos en parte) su éxito y también ayuda a entender cómo un partido que obtuvo en Cataluña menos votos que la UCD en las elecciones constituyentes, acabó monopolizando el centro y la derecha en la región.