Alguna vez he comentado en este blog que las ciencias sociales (y también es aplicable a las ingenierías), el principio que dicta el análisis epistemológico es el de utilidad, no el de falsación. Y de hecho el criterio de falsación en ciencias empíricas es utilizado de forma que si un modelo es demostrado falso puede que no pase a la papelera de reciclaje (aunque en ocasiones también pasa que sí se envía, como en el modelo del eter sobre electromagnetismo) sino a un apartado de las ciencias más utilitarista, al estilo de la ingeniería o de las ciencias sociales.
Las diferencias entre falsación y utilidad ya las analicé más a fondo en un artículo, y el porque las ciencias sociales no pueden ser falsables. Pero puedo ilustrarlo con un par de ejemplos para ver la relevancia de todo ello.
La diferencia entre refutar el homo economicus y el principio de relatividad especial
Una parte de la ciencia económica muy significativa se basa en la hipótesis del homo economicus. La hipótesis del homo economicus sabemos que es falsa, incluso en ámbitos macro, como por ejemplo la mera existencia de negociación colectiva que solo es posible cuando cientos de miles de actores económicos deciden tomar decisiones que en su óptimo de Pareto le son negativas (afiliarse a un sindicato tiene unos costes económicos superiores a no afiliarse con beneficios, al menos inmediatos poco superiores a no afiliarse, dedicarse a hacer sindicalismo en una empresa tiene unos costes personales y unos riesgos muy altos, al menos hasta que no se logra afianzar la presencia sindical), y este es un factor esencial en el análisis de la economía laboral (se parte que hay negociación colectiva en muchas ocasiones). También sabemos que hay incluso una rama de la economía que se llama behavorial o que se basa en aspectos de comportamiento psicológico que escapan al del homo economicus.
Esa refutación no tira abajo toda la economía neoclásica que se basa en la premisa del homo economicus, simplemente ofrece más herramientas de análisis que permitan utilizarse si las predicciones de la economía neoclásica (y todas sus ramas) no son suficientemente buenas.
¿Pero que pasaría si principios físicos esenciales se demostraran falsos? Parto de un caso que ha estado a punto de ocurrir con la detección de neutrinos que parecían que fueran más rápidos que la luz. Al final el reanálisis de los datos y la comprobación de estos por varios equipos de investigación dieron la conclusión de que había errores en el primer análisis que indicaban que los neutrinos tenían velocidades inferiores a C y no superiores. De hecho, el equipo original que analizó los datos tardó meses en publicarlos al estar reanalizándolos una y otra vez, y cuando publicó el resultado lo hizo con mucha prudencia e invitando a que otros equipos de investigación les ayudaran a reanalizar los datos ya que ellos mismos sospechaban que pudieran estar mal, aunque no sabían el porqué.
Basicamente si una partícula o cualquier cantidad de materia pudiera superar la velocidad de la luz partiendo de velocidades inferiores, estaríamos rompiendo la física en 2. No solo la relatividad especial y por ende todo lo que ello se deriva (desde la teoría cuántica de campos, pasando por la electrodinámica clásica y llegando a la relatividad general) y por tanto los últimos 100 años de trabajo en física tendrían que reanalizarse enteros. Incluídos aspectos más “prácticos” como la física de materiales, la óptica, etc.. Y la capacidad de propagarse a otras disciplinas científicas sería brutal.
Por no hablar de los problemas epistemológicos serios para toda la ciencia, si hay una forma de superar la velocidad de la luz se puede viajar al pasado y violar el principio de causalidad, algo mucho más fundamental para construir pensamiento racional.
Lo que no cambiaría mucho es la ingeniería que se basa en todas estas ramas de la ciencia, o su modificación sería de menor rango.
La ciencia económica (y cualquier ciencia social) no es falsable
Sabemos que en el caso de la economía, la hipótesis del homo economicus es refutada y falsada una y otra vez de forma sistemática, la pieza esencial de la ciencia económica puede recibir todos los golpes que quiera que solo hará que se varíen o creen modelos nuevos sin crear ese efecto disruptivo en toda la ciencia económica. En cambio la física tiene varios elementos que si se falsan son totalmente disruptivos y tiene que cambiar gran parte de lo que conocemos a fondo (y no solo la imposibilidad de superar C, la conservación de la energía, la conservación de carga eléctrica, leptónica y gluónica) incluso algún pequeño “misterio” de la ciencia física como la violación de la simetría entre materia y antimateria es tan disruptivo que puede ser significativo para explicar la causa por la que existe el universo.
En ciencia económica NO existe un efecto disruptivo en ninguna de sus hipótesis. La ciencia económica no se rige en ninguno de sus aspectos por la falsación. La ciencia económica NO es falsable.
Esta conclusión llega incluso el principal defensor del positivismo en la ciencia económica (Samuelson, (1963) Problems of Methodology : Discussion. American Economic Review Papers and Proceedings 53, 2, 231-236) el cuál ha de reconocer que la economía solo puede “falsarse” en sus conclusiones, no en sus principios. Que es a la práctica ese criterio de “utilidad” y no falsación “dura” que sí tienen las ciencias empíricas.
Ejemplo de relatividad de los modelos económicos al no ser estos falsables
Para explicar los niveles de paro hay diversos modelos. Desde el del empleador monopsonista (que emplean en la OCDE con bastante profusión para establecer las recomendaciones de salario mínimo) que podría explicar porque en países con diversos niveles de protección de empleo distinto (desde 0 a 100) e instituciones muy distintas siempre existe un nivel de empleo del 3-4% que no hay economía que se lo quite, pasando por el modelo Saphiro-Stiglitz de salario de eficiencia, pasando por las explicaciones más neoclásicas basadas en un exceso de poder negociador de los sindicatos al típico de los altos niveles de protección a los desempleados.
Conocemos que hay estos modelos, y para explicar el paro subyacente en EEUU seguramente el modelo Saphiro-Stiglitz y el de empleador monopsonista sea más adecuado, y para explicarlo en Francia sea mejor el modelo de sobrepoder negociador y el de alta protección. (Ah.. y te aseguro que este tema lo tengo MUY estudiado y analizado, cuando realicé el State of Art sobre salario mínimo hace dos años, así que no me baso en conjeturas.)
Así que si soy un policy maker que ha de hacer políticas para acabar con el paro subyacente en Francia, seguramente tenga que reducir el salario mínimo interprofesional, mientras que si lo quiero hacer para trabajadores de bajo perfil profesional en EEUU tenga que facilitar la negociación colectiva sectorial para paliar el efecto de empleador monopsonista.
Y en el caso español (cuando no estemos en crisis) una mezcla de lo segundo con la concentración de la prestación por desempleo en los primeros meses.
Algunos artículos donde en esto profundizo más:
- El salario mínimo y la destrucción de empleo (I)
- El salario mínimo y la destrucción de empleo II
- El salario mínimo y la destrucción de empleo (IIIb)
- El salario mínimo y la destrucción de empleo (IIIa)
- Salario mínimo y desempleo IV: conclusiones
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