El título de este trabajo puede ser algo extraño, porque definitvamente que nadie tiene una fórmula o un código que el que lo aplica pueda alcanzar el conocimiento buscado; el que quiere ser transmitido en una clase o cualquier otro escenario donde alguien quiera transmitir algún conocimiento.
En ciencias de la naturaleza y matemáticas es más difícil aún por cuestiones de tipo culturales, las cuales gravitan de manera muy significativas en los estudiantes, el mismo formulismo empleado por esas importantes áreas la hace un poco más complicadas para muchos, en cambio para otros es todo lo contrario, siempre ha sido y será así. Muestra de ello es que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, la población mundial es de 6,200 millones de personas y aproximadamente 250,000 se dedican a la investigación científica; si calcula el porcentaje se notará que es muy bajo si compara con esa población.
Ese porcentaje es responsable de todo cuanto ocurre en el mundo en materia de ciencia y en alguna medida del propio desarrollo tecnológico que hoy disfrutamos.
Estos tiempos son realmente difíciles, una gran cantidad de jóvenes asiste a las aulas universitarias pero no tienen el rendimiento deseado, ni mucho menos reflejan algún tipo de compromiso con ellos mismos, ni con su familia que le paga sus estudios y mucho menos con la sociedad la que algún día tendrá que recibir los beneficios de su formación.
Muchas veces los docentes nos quedamos sin teorías y por supuesto sin las estrategias necesarias para seguir motivándolos para que estudien la asignatura, cumplan con los plazos para la entrega de los trabajos y sobre todo que cumplan con el plazo de graduarse en el tiempo previsto.
Resulta muy lastimoso ver cuantas asignaturas se retiran por semestre y cuantas son reprobadas. Hace algún tiempo he creído que los retiros y las reprobaciones constituirían un buen tema para una tesis en el área de economía o alguna otra disciplina similar, ¿cuánto invertimos los contribuyentes en la formación de cada estudiante universitario? Alguien podría decir que ese criterio no aplica a las universidades privadas, lo cual es falso, ya que todas las universidades dominicanas reciben alguna ayuda del estado en forma de dinero, becas, exoneraciones y otros favores.
Hay otros aspectos inherentes a estos nuevos tiempos que de alguna forma están incidiendo en que muchas de las estrategias fracasen, habiendo tenido éxito en otras latitudes del mundo y entre nosotros se hacen difíciles que funcionen. He ahí el gran reto que tenemos por delante, esta puede ser una buena tarea para que alguien la responda y nos cuente sus experiencias para aprender de ellas, es una tarea color de esperanza como dice la canción de Diego Torres.