Vuvuzelas, jugadores, goles, lágrimas, colores...
Un mes de nuestras vidas, vivido con mayor o menor intensidad. Quizás sólo serán imágenes de televisor y cierta angustia; quizás sólo recuerdos auditivos en unas noches de verano (el waka-waka escuchado en las radios sin cesar, algunos petardos que tiran otros, bocinas, exclamaciones "¡ay!, ¡uy!, ¡goool!).
Sea como sea, ahí está, para todos. Vivido de un modo u otro. En el recuerdo. Algo nos ha dejado ese Mundial, y algo de nosotros también se quedó aquí o allí.
Como colofón, sin saber todavía quién será el campeón, a pesar de las predicciones del pulpo Paul y otros animales en los que internet y la incertidumbre nos quieren hacer depositar la confianza, aquí va este bonito artículo en inglés de Neal Collins, publicado en el Bleacher Report y otros medios.
Ubuntu, una manera de ser; indudablemente, una manera de liderar. ese es el verdadero legado de Sudáfrica.