El Gobierno de Madrid ha decidido dejar de manera temporal a 30.000 mujeres sin su mamografía preventiva. La Consejería de Sanidad ha suspendido durante siete meses el Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama por “un retraso en el nuevo contrato” (su compromiso es volver a citarlas a finales de año). En el blog hemos publicado varias veces sobre que el cribado de cáncer de mama provoca sobrediagnóstico y falsos positivos. En diversos sectores se ha entendido la decisión gubernamental como uno más de los indeseados recortes que está sufriendo el ámbito sanitario. Pero ¿por qué no plantearlo como una razonable desinversión?
La mamografía sólo produce beneficios. Eso es lo que nos gusta creer pero creencia y ciencia suelen recorrer caminos diferentes; toda intervención médica puede producir beneficios al tiempo que daños.
La mamografía disminuye un 21% la mortalidad por cáncer de mama al cabo de diez años de cribados, pero en sentido absoluto se disminuye la mortalidad por cáncer de mama un 0,1%, del 0,5% al 0,4%.
Una revisión Cochrane sobre el cribado de cáncer de mama mediante mamografía concluye: no estamos seguros de los beneficios del cribado en la actualidad. La probabilidad de que una mujer se beneficie del asistir a las pruebas de cribado es pequeña y en el mejor de los casos -si nos basamos en los resultados de ensayos aleatorios- diez veces más pequeño que el riesgo de que pueda experimentar daños graves en términos de sobrediagnóstico.
Casi toda la información que nos llega, ya sea a través de medios de comunicación general como de revistas científicas, repite sin cesar y sin apenas autocrítica las bondades de estos programas, silenciando las escasas publicaciones que se atreven a cuestionar con datos su infalibilidad. Las mamografías algunas veces detectan lesiones que posteriormente se descartan sean de nada malo (falso positivo) y en otras tantas ocasiones se observan tumores de tan baja carga letal que la mujer muere de otras cosas diferentes al cáncer de mama (sobrediagnóstico).
Ofrecemos, gracias a la recopilación del médico Enrique Gavilán, información que permita a las mujeres contrastar sus deseos y las expectativas que las mamografías “preventivas” generan:
-Se necesitan someter a 2.500 mujeres a cribado mediante mamografía para evitar una muerte en un período de 10 años.
-De cada 2.500 mujeres a las que se hace mamografía, 1.000 sufrirán un “falso positivo”, la mitad de los cuales llevarán a una biopsia. Molestias y riesgos que no venían a cuento.
-Por cada 2.500 mujeres, entre cinco y 15 serán diagnosticadas de cáncer de manera errónea, siendo sometidas innecesariamente a radioterapia, quimioterapia y cirugía, algunas de ellas mutilantes.
-El cribado con mamografía sólo es responsable de un tercio del total de la reducción de la mortalidad por cáncer de mama.
-No está claro si el cribaje presenta más beneficios que daños.
-La conclusión del anterior trabajo, firmado por el director del prestigioso centro Cochcrane, motor de la evidencia científica, es que el cribado poblacional del cáncer de mama con mamografía no está justificado.
Nos han educado bajo la frase de “cuanto antes se coja, mucho mejor”, por lo que a veces es complicado que entendamos que eso no tiene por qué ser así.En ocasiones un diagnóstico precoz sólo quiere decir que la persona conviva más tiempo con la enfermedad sin que ello redunde en una mejor calidad o cantidad de vida, así lo argumenta el médico Javier Padilla. Aún más claro en su artículo ¿Cómo explicarte que no te mamografices?
Atentos a estos datos que Padilla toma prestados de otro blog sanitario:
-Si 2.000 mujeres se hicieran una mamografía cada dos años durante diez años, habría siete que morirían por cáncer de mama y 43 que morirían por cualquier tipo de cáncer en este periodo.
-Si 2.000 mujeres NO se hicieran ninguna mamografía durante esos mismos diez años, habría ocho que morirían por cáncer de mama y 43 que morirían por cualquier tipo de cáncer en este periodo.
-Es necesario que 2.000 mujeres se hagan una mamografía cada dos años durante diez años para evitar que una muera por cáncer de mama; sin embargo, el número total de mujeres que morirán por cáncer (de cualquier tipo) no variará a pesar de esas 2.000 mujeres que se sometan a las pruebas.
-Además, en el grupo de mujeres que se han hecho las mamografías se cometieron 200 errores en el diagnóstico que llevaron incluso a meses de espera hasta aclarar qué era lo que sucedía realmente. Hubo diez mujeres de las que se hicieron las mamografías que fueron diagnosticadas y tratadas de cáncer de mama sin tenerlo.
En resumen, en una sola frase, podríamos decir que las mujeres que se hacen mamografías y las que no se la hacen acaban muriendo a la vez, sólo que las que se hacen mamografías tienen más probabilidad de pasar por quirófano sin que esto sea necesario. Los datos nos indican cada vez con más fuerza que hacerse mamografías de manera rutinaria NO PREVIENE nada ni le va a alargar la vida.
Más controles de salud, no significan más salud.
Muchas personas entenderán tras conocer estos datos que financiar mamografías sea cuando menos cuestionable. Sin embargo, ayer Twitter estaba en estado de ebullición por comentarios que asociaban la medida del Gobierno madrileño a un nuevo recorte.
No es que le falte razón al personal pues atravesamos una época de desmontaje sistemático de lo público pero no hay que precipitarse. ¿Queremos una sanidad pública, universal y de calidad? ¿No creéis entonces que es necesario desinvertir en aquellas terapias y métodos cuya justificación es dudosa o que no están justificados?
El artículo, de nuevo de Médico crítico, lo explica bien claro bajo el título de La importancia de no confundir las palabras. Recortes vs desinversión.