Para cerrar nuestro paso por Tallinn quisiera hacer una entrada a modo de recuerdo de alguno de esos detalles que se quedan en la memoria de nuestro paso por allí. El primero y ya mencionado es el tipo de casa en el que nos alojamos por unos días, de esas típicas del norte de Europa, de madera y en una de las zonas más tranquilas y agradables de la ciudad (imag01).
La segunda, nuestro primer y mejor desayuno estonio, que nos permitió descubrir que allí también comen dumplings, que los quesos de todo tipo son un espectáculo, y sobretodo que nuestro amigo es un mago en la cocina, nos quitamos el sombrero ante tamaño desayuno que aún recuerdo en el paladar (imag02).
La tercera, como no, arquitectónica, uno de los pocos edificios modernos interesantes que vimos por allí en la zona antigua (imag03).
La cuarta y tiene que ver con lo mismo es la zona centro-industrial rehabilitada a zona de ocio y restaurantes cerca del casco antiguo y que con mucha modernidad y criterio ha revitalizado la vida de la ciudad (imag04).
La última es de nuevo del ojo de arquitecto, que descubrió este edificio moderno, que aunque feo, me dió una gran sorpresa estructural, ya que como se puede ver, todo el volumen se eleva sobre unas ramas de árbol (imag05) que realmente está formada por perfiles tubulares metálicos de formas muy variopintas y que de lejos parece mas una escultura con tuberias que los pilares de dicho inmueble.