"Días buenos". © JACT
Me abordó la semana pasada en el hall de la Facultad. -“Hola Dr. Cordero, al final conseguí nota y entré ¿ Se acuerda de mi?” La pregunta, formulada de esta manera, te coloca desde el principio en situación de inferioridad , pues él, estaba claro, pensaba que debía recordarlo. En esos escasos segundos intentas ubicarlo. Evidente que era un alumno, pero un alumno de los primeros cursos , con los que yo no suelo tener contacto, pues en mi servicio sólo rotan en último curso.
- Llamarme “Dr. Cordero” me despistaba,y envejecía porque no decirlo, los alumnos que he ido teniendo no suelen llamarme así. Y por último , la pregunta final, te cerraba cualquier salida. Lo vio claro. No lo recordaba y se dio cuenta pero fue generoso. -“ Soy José Ángel C.T., ¿ No recuerda?, el de sus mismas iniciales, me dijo no lo olvidaría”. Entonces lo recordé, perfectamente, hará un par de años, inclinado y asfixiándose sobre la mesa camilla del salón de su abuela con quien vivía en un piso frío y minúsculo de un barrio difícil.Tenía un ataque de asma, tan severo que no podía ni hablar, los inhaladores dispersos por el suelo y su abuela, una anciana, sufriendo de ver así a su nieto. -“Por favor, ayúdenle, es mi única alegría en este mundo” Mientras lo atendíamos llegó su padre completamente borracho, sucio y sudoroso que comenzó, balbuceante, a dar instrucciones sobre llevarse a su hijo y a estorbar todo lo que podía. La abuela ( su madre) , llorando, se enzarzó con él intentando evitar que molestara , mientras JA , entre accesos de tos y a través de la mascarilla del aerosol observaba una escena habitual para él. Lo conseguimos subir a la ambulancia. Su padre insistía, completamente ebrio y tambaleante en llevárselo. Recuerdo como se subió a la ambulancia y mi compañero tuvo que echarlo literalmente a empujones. Mientras JA, completamente avergonzado iba recuperando el aliento. Por fin, pudo hablar: -”Por favor, perdonen a mi padre, siempre está así”, nos pedía entre sollozos. -"No te preocupes, estamos acostumbrados, esto es normal"-mentimos.
Luego, más recuperado y de camino al hospital, nos contó su historia . De cómo su madre se tuvo que marchar por maltrato, su padre no quería que estudiara y que finalmente su abuela lo acogió aunque su padre molestaba todo lo que podía. Mas relajado , nos comentó:
-“Estudio 2º de bachillerato y quiero ser médico, aunque no se si me llegará la nota”
-“Seguro que tienes suerte, y nos vemos dentro de poco en por la facultad, y además tienes las mismas iniciales que yo, no me olvidaré”,le dije para animarlo , aunque , vista su situación familiar , desde luego no era lo que pensaba. El viernes cuando lo vi me alegré de haberme equivocado en todo, pues lo había olvidado y lo había conseguido. Está claro, que en este trabajo, hay días mejores que otros. Este fue de los buenos