¿NO NOS ABURRIREMOS?
![ALGUNOS INCONVENIENTES QUE PUDIERA TENER LA VIDA ETERNA ALGUNOS INCONVENIENTES QUE PUDIERA TENER LA VIDA ETERNA](https://m1.paperblog.com/i/647/6478855/algunos-inconvenientes-que-pudiera-tener-vida-L-UEHaLF.jpeg)
“El mundo es profundo (…) / Profundo es su dolor / El placer es más profundo aún que el sufrimiento / El dolor dice: ¡Pasa! / Mas todo placer quiere eternidad / ¡Quiere profunda, profunda eternidad!”(Friedrich Nietzsche(1)).
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Si existe la otra vida, Miguel de Unamuno habrá encontrado alivio a sus tormentos, los que le hacían decir: “No quiero morirme, no, no quiero ni quiero quererlo; quiero vivir siempre, siempre, siempre”(2). Porque es que estaba convencido de que “lo que no es eterno tampoco es real”(3). Y al menos una parte de nosotros, no lo podemos negar, está con Unamuno.
Pero hay que tener en cuenta también que vivir cansa mucho: “Esa falta de descanso llamada ‘vivir’ –decía Cioran– (...) Nada es más propio de las criaturas que la fatiga”[4], Y además: ¿qué se puede hacer durante toda una eternidad, aparte de tocar la lira sentados en la nube que nos asignen? El mismo Pascal, creyente de pro, admitía que “nada (es) tan insoportable para el hombre como estar en reposo total, sin pasiones, sin asuntos, sin diversiones, sin empleos. Entonces siente su nada, su abandono, su insuficiencia, su dependencia, su impotencia, su vacío. Al instante extraerá del fondo de su alma el tedio, la negrura, la tristeza, el pesar, el despecho, la desesperación”(5). Cioranabunda en la idea: “El único argumento contra la inmortalidad es el aburrimiento. De ahí proceden, de hecho, todas nuestras negaciones”(6). Para estar aburriéndonos para siempre en la nube… mejor morir del todo; Sénecanos expone bastante convincentemente esta alternativa: “La muerte es la libertad, el término de todas nuestras penas; no traspasarán sus umbrales nuestras desgracias, ella es la que nos devuelve a aquella tranquilidad de que gozamos antes de nacer (...) A ella se debe (...) que no sea un suplicio el nacimiento (...) Contra las injurias de la vida tengo el beneficio de la muerte”(7).
En resumidas cuentas, que si esto de aquí tiene continuación más allá, esperemos que Dios nos tenga preparado un plan de sobrevida atractivo que nos permita superar todos estos recelos. Mientras tanto, nos quedaremos con Miguel Hernández, que decía: “… estoy queriendo la vida / y deseando la muerte”. Y, cómo no, con Ortega: “El hombre no tiene más remedio que aprender a (…) sentirse a la par mudable y eterno”(8).
(0) PORTADA: Ortega y Gasset: “Incitaciones”, en “El Espectador”, Vol 3, O. C. Tº 2, pp. 231-232.
[1]Friedrich Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, 1981, p. 313.
[2]Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa Calpe, 1967, p. 41.
[3]Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa Calpe, 1967, p. 37.
[4]E. M. Cioran: “El ocaso del pensamiento”, Barcelona, Tusquets, 2000, p. 189.
[5]Blaise Pascal: “Pensamientos”, Tº 1, El Aleph.com, 2001, Sección 1, 131, p. 133.
[6]E. M. Cioran: “De lágrimas y de santos”, Barcelona, Tusquets, 1994, p. 89.
[7]Séneca: “Consolación a Marcia”, CapítulosXIX-XX, pp. 61-62. “Páginas escogidas de Séneca”, en María Zambrano: “El pensamiento vivo de Séneca”.
[8]Ortega y Gasset: “El Espectador”, Vol. VIII, O. C. Tº 2, pág. 728.