Hace unos días Alhambra Reserva 1925 volvió a las andadas, a convocar una de sus ya clásicas fiestas clandestinas donde predominó el buen gusto, un magnífico ambiente y por supuesto, mucha cerveza.
Hay ciertas realidades arrastran consigo una certeza casi absoluta. Sucede por ejemplo con la cola de Doña Manolita, que cada vez que se acerca la Navidad vuelve a estar ahí. Lo mismo ocurre con el calor veraniego en Madrid que año tras año hace presencia haciendo oídos sordos a nuestras súplicas. Algo parecido podemos afirmar de las fiestas clandestinas de Alhambra Reserva 1925. Su celebración siempre es augurio de diversión y éxito asegurado.
Hace unos días tuve la suerte de poder acudir a mi tercera fiesta de este tipo. La primera fue en una misteriosa peluquería en Barcelona, la siguiente en una de las últimas plantas de las cuatro torres. Como siempre, después de recibir la invitación, misterio y mutismo hasta horas antes de la convocatoria ¿Con qué nos sorprenderían esta vez los chicos de Alhambra? Esta vez el lugar escogido fue un moderno loft ubicado en la Calle Aguas, en La Latina. Un lugar que desconocía y donde primaba el buen ambiente. Entre los asistentes mucha gente guapa, algún rostro conocido de la pequeña pantalla y ganas de pasarlo bien.
Bajo su famoso lema #ArtePorDescubrir, la prestigiosa marca cervecera había preparado una fantástica velada. Por un lado, el catering corría a cargo de la televisiva Samantha Vallejo-Nájera, presente en la sala. Para caldear el ambiente un DJ sobre el pequeño escenario y también un pianista y una violinista que iban adaptando temas del momento con música en vivo y mucho talento. Por supuesto, no podía faltar la invitada estrella de la fiesta y a la vez gran homenajeada, la burbujeante Reserva Alhambra 1925.
Todos los asistentes pasamos un rato agradable entre risas, en un ambiente exclusivo, ya que a estas fiestas sólo es posible asistir previa invitación y disfrutando de un espacio sorprendente, como era el moderno loft de diseño a pie de calle donde se ubicó el acto.
Otro de los puntos de interés de la fiesta fue ver como un chico iba esbozando y pintando en directo esta gran cerveza Alhambra ante la mirada fija de varios asistentes ¡Un artista!
Como bien os decía al principio las fiestas clandestinas de Alhambra nunca defraudan, siempre hay sorpresas, buen ambiente, reencuentros en torno a una cerveza y mucho #ArteporDescubrir. Si no queréis perderos la próxima que se celebre lo mejor que podéis hace es seguir alguno de sus perfiles sociales, tanto en Facebook como en Twitter. Allí, sus seguidores casi siempre tienen acceso a invitaciones para estos eventos tan esquivos como divertidos. Después de esta nueva experiencia sólo me viene una cuestión a la cabeza ¿Con qué nos sorprenderán en la próxima fiesta clandestina?
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