Aidiana Martínez
La República Bolivariana de Venezuela y la Federación Rusa están atravesando el mejor momento de sus relaciones diplomáticas, políticas y económicas, en la actualidad nuestro país, es el segundo socio comercial de Rusia en Latinoamérica, esta asociación estratégica viene consolidándose desde el año 2001 cuando se realizo la primera visita oficial del Presidente Hugo Chávez a Moscú. Es importante destacar que el Plan de la Patria 2013-2019 introduce en sus principales objetivos la promoción de un mundo multipolar y multicentrico emprendiendo la búsqueda de un nuevo orden mundial libre de hegemonías. Como antecedente histórico los hechos nos cuentan que, las relaciones entre estas dos naciones no iban más allá del área diplomática sin profundizar sus lazos en otras materias de interés geopolítico y geoestratégico, para el año 1945 nuestro país establece relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, a partir de allí se dio un proceso muy frio casi inexistente de la dinámica de sus relaciones, para 1996 se firma el Tratado de Amistad y Cooperación entre ambas naciones y no es sino hasta el año 2001 que se profundizan las relaciones con el Presidente Hugo Chávez firmándose ese mismo año el acta de creación de la Comisión Intergubernamental de Alto Nivel (CIAN), teniendo su primera reunión en el año 2004. El beneficio que ha obtenido el pueblo y gobierno venezolano de esta importante alianza (CIAN) ha sido el fortalecimiento de la Fuerza Armada Nacional a través de la transferencia de tecnología, además de ser beneficiados con la gran inversión petrolera en la Faja Petrolífera del Orinoco, y acuerdos firmados en materia educativa, cultural, entre otras. Hasta el año 2015 estas naciones sostienen más de 255 acuerdos en distintas áreas estratégicas de inversión con la importante inversión en nuestro país de las empresas rusas Rosneft, Lokoil y Gazprom. La fortaleza de nuestro país para ser un socio por excelencia es el ser la nación con las reservas petroleras certificadas más grandes del mundo y Rusia es considerada una potencia energética. En días recientes se reunieron en Moscú nuestra canciller Delcy Rodríguez con su par Serguéi Víktorovich Lavrov en el marco de la XI Comisión Intergubernamental de Alto Nivel (CIAN). Este encuentro sirvió de reimpulso para las áreas de hidrocarburos, agricultura, industria y vivienda. La importancia en el ámbito geoestratégico, es entender como Rusia un país de economía alternativa por excelencia, miembro fuerte de los BRICS y un gran productor de petróleo, tiene a Venezuela como segundo socio comercial en la región latinoamericana, todo en el contexto del entendimiento mutuo en la cooperación, sin poner en juego nuestra soberanía respetando los principios del Derecho Internacional, en la búsqueda de realizar reuniones de trabajo con países productores de petróleo no pertenecientes a la OPEP con la finalidad de fortalecer la transferencia tecnológica que nos permita utilizar mecanismos para un mejor desarrollo del mercado. Ejemplo de esto es el acuerdo de inversión entre la empresa petrolera rusa Rosneft y PDVSA por 14 millones de dólares destinados a proyectos gasíferos y en la Faja Petrolífera del Orinoco. El mundo multipolar sin lugar a duda ha roto esquemas hegemónicos basados en imposiciones económicas que siempre fueron en desmedro de los pueblos, hoy podemos contar con países como Rusia y China los cuales han invertido en nuestra región generando la oportunidad de la inversión social y progreso dirigido hacia los que antes eran llamados “subdesarrollados” o “periferia” condición en la cual nos tenían sumergidas están potencias hegemónicas marcadas por lineamientos específicos del libre mercado. Es un fenómeno geopolítico fabuloso el que hoy podamos observar el apoyo de Rusia a los mecanismos de integración latinoamericanos (Celac, Alba, Unasur) y que se esté en los preparativos para el establecimiento de diálogos de cooperación con el Mercosur. Politóloga / Analista Internacional[email protected] @aidiana09