El Kuzu o Kudzu (Pueraria lobata) es una de las plantas fundamentales de la medicina tradicional china y japonesa. A partir de la raíz, que es donde se concentra la mayor parte de sus principios activos, se extrae el almidón y queda un polvo blanco cuyo uso terapéutico se ha empleado durante más de dos mil años. Además, su uso en cocina es muy interesante, ya que es un espesante que no aporta ni sabor ni color.
¿Cuáles son sus propiedades?
El kuzu, por su concentración en flavonoides (sobre todo genisteína y daidzeína), regula el funcionamiento intestinal, facilita las digestiones, trata tanto la diarrea como el estreñimiento, reequilibra la flora intestinal y alivia los espasmos. La daidzeína actúa como un potente antiinflamatorio y antimicrobiano, y mejora la circulación sanguínea. De este modo, también actúa como relajante muscular.Su uso es muy efectivo en caso de bronquitis y estados gripales, ya que, además, reduce la fiebre por su acción sudorífica. Tiene la capacidad de alcalinizar el organismo, por tanto, alivia la fatiga y aumenta el nivel de energía. Se ha constatado también su efecto sobre algunos neurotransimores, y se emplea para tratar la migraña y algunos tipos de cefaleas.Por su elevado contenido en fibra, favorece la menor absorción intestinal de glucosa y grasas. De ahí que constituya un gran aliado para el control del colesterol y de la obesidad.Tradicionalmente se ha empleado para tratar las resacas y las adicciones al alcohol y al tabaco.
Cómo tomarloPara potenciar sus extraordinarias propiedades junto con las de otros alimentos medicamento, la forma más recomendable de tomarlo es en infusión. Necesitaremos kuzu, té kukicha y pasta de umeboshi (sobre estos dos últimos escribiré un post en breve).Preparación: Disolvemos una cucharadita de kuzu en una taza de agua fría. Una vez disuelto, lo vertemos en un cazo y le añadimos una cucharada pequeña de té kukicha. Lo ponemos al fuego y removemos hasta que hierva. Veremos, a medida que se acerque al punto de hervor, que cada vez se vuelve más transparente. Cuando rompa a hervir, apagamos el fuego y lo dejamos reposar durante 3 o 4 minutos. Colamos el contenido y le añadimos una cucharadita tamaño café de pasta de umeboshi. Esta preparación permite variantes: puede elaborarse solo con kuzu y umeboshi, o añadir unas gotas de tamari en vez de pasta de umeboshi, así como emplear otras plantas medicinales en vez del té kukicha.¡Os animo a probarlo cuando lo necesitéis!