Alice Munro, Premio Nobel de Literatura 2013

No soy de escribir entradas exprés, pero esta noticia se la merece: el Premio Nobel de Literatura 2013 es para la gran Alice Munro. En esta ocasión sí que conozco a la autora (no puedo decir lo mismo todos los años); de hecho, la leí por primera vez hace unos meses y me cautivó. Desde aquí la felicito por el merecidísimo galardón -sé que puede parecer atrevido afirmarlo con tanta rotundidad tras haber leído solo un libro suyo, pero estoy convencida de que para darse cuenta de la grandeza de un escritor bastan solo unas líneas-, que además me parece un reconocimiento a la narrativa breve en general, tan secundaria (y tan menospreciada) en el panorama literario actual. Si aún no habéis descubierto a la autora, os animo a leer mi reseña de Mi vida querida, su última recopilación de relatos, que por si fuera poco también incluye unos (magníficos) textos autobiográficos. Os dejo con un fragmento del que tomé nota durante la lectura:

Esa noche no pude dormir y salí a caminar por las calles del pueblo. Necesitaba pensar en la gente que había ido a parar al fondo del mar. Ancianas, ancianas como mi madre, sin desprenderse de su calceta. Algún niño molesto por un dolor de muelas. Otra gente que se había pasado la media hora antes del hundimiento quejándose de mareos. Me embargó una sensación muy extraña, que en parte era horror y en parte —es lo más que puedo aproximarme a describirlo— una especie de euforia escalofriante. Que todo saltara por los aires de repente: la igualdad —tengo que decirlo—, la igualdad entre gente como yo y peor que yo y gente como ellos. («Orgullo», pág. 149).

Hoy es un día feliz para los amantes de la literatura.