Alicia Silva Rey
Sólo cuando los pájaros empezaron a gritar,
me acerqué a tu cama, te toqué la cabeza, el pecho, los pies.Te escuché respirar con fuerza y estremecimientos de dolor.
La bandada gritaba más y más fuerte pero a medida que cobraba altura
se desflecaba el diseño de su desplazamiento,
y los gritos
se contorsionaban una y otra vez en la atmósfera hasta perderse.
La funcionalidad de esas aves negras en lo alto de un cielo
de ventana de hospital me es indiferente y lo menciono
como una incógnita o una inquietud, lejanas.
Un año lúgubre me diste.
"Tartamuda", sí. Habías encontrado
la manera apropiada de restituirme al balbuceo del mundo.
Alicia Silva Rey (Quilmes, 1950), Partes del campo. Ediciones De la Eterna. Buenos Aires. 2015.