
Nos situamos después de Prometheus, donde la nave Covenant, tiene destino a un planeta que parece ser la respuesta a la colonización humana. Para ello, lleva unas 2000 personas hibernando, y otras cuantos miles de embriones. Recibe una descarga antes de llegar a su destino, y la tripulación tiene que ser despertada. El origen parece ser un planeta que promete más que el destino que llevan, así que deciden explorarlo y contemplar la posibilidad de asentarse allí. Pero no todo es tan idílico como parece, alguien les está esperando...

El mundo nuevo que se nos plantea, acaba con las dudas, y David vuelve a estar presente convirtiéndose casi en un replicante de la película también dirigida por Scott, Blade Runner. Recuerdo cuando se estreno Prometheus, precisamente que se habló de eso, de una unión entre las dos película, algo que puede llevarse a cabo por el tono que han tomado los androides en esta Covenant. Pero esto ya es especular.

Tenemos de nuevo a Michael Fassbender dominando su doble papel, y le acompañan Katherine Waterston y Billy Crudup. Mejor la primera que Crudup, pero ambos están bien. Waterson recuerda en cierta manera a la primera Ripley, donde con una capa de ternura y candidez, tenemos a todo una heroína. Y la sorpresa, es Danny Mc Bride, un actor que estamos acostumbrados a verlo en papeles de comedia bastante alocada, y que aquí cambia por completo de registro y le queda muy bien el papel. Y también hay que mencionar el cameo de James Franco.

En definitiva, Covenant hay que verla si eres fan de la saga, y si no, pues creo que pasaras un buen rato de terror, acción y ciencia ficción (ya he dicho que no soy imparcial)