Una vez me dijeron que para ser feliz el ser humano debía mantener un equilibrio entre su vida personal, su vida familiar, su profesión y su relación con los amigos. Dentro de la vida personal, se incluían aspectos como el deporte, el dedicarnos tiempo a nosotros mismos y el alimento de nuestro intelecto. Esto es la lectura de un buen libro, escuchar un disco, ver una película o una exposición de obras de arte. Estas pequeñas cosas nos aportan tanto o más que un buen filete, nos llenan por dentro, nos hacen disfrutar y crecer.
En estos momentos que estamos pasando, el arte es artículo de lujo. Si nos cuesta llegar a fin de mes, ¿cómo vamos a pensar en la posibilidad de comprar una obra de arte? Pero los artistas producen, necesitan trabajar, y el resto de nosotros necesitamos alimentar nuestra mente con sus obras. Por eso, me sentí reconfortada cuando caminando por La Laguna, me topé con el “Espacio de Arte: El Paseante”.
Foto: tahichediaz.blogspot.com
En pleno centro de la ciudad, en la calle Núñez dela Peña, los artistas canarios Cristina Gámez y Tahíche Díaz abrieron un escaparate en el que, en vez de ver vestidos, zapatos o collares, podemos disfrutar de magníficas obras de arte. Esto es tan sólo el reclamo, en el segundo piso del inmueble se encuentra una sala de exposiciones. Una iniciativa original, un alto en el camino para tomar un respiro y alimentar nuestro espíritu, una apuesta por el arte.