Siguiendo con el tema de la alimentación, hoy quiero hablar de los preparados alimenticios para los bebés.
Hay multitud de marcas que ganan un pastón de dinero al año vendiéndonos a las madres cosas que los bebés no necesitan, desde “potitos”, pasando por papillas de cereales y llegando a leches de continuación y de crecimiento. Y nuestros bebés ¿necesitan realmente estas cosas? Vamos a analizarlas
Papillas de cereales
Una de las primeras cosas que recomiendan en los centros de salud es la introducción de las famosas papillas de cereales. Multitud de marcas y variedades podemos encontrar en las estanterías de los supermercados y de las farmacias. Y los padres se gastan bastante dinero en este tipo de cereales procesados. Seamos sinceros, en la mayoría de los casos el dinero no nos sobra, y si encima tenemos que gastar un dinero “extra” en alimentos preparados, apaga y vámonos. Pero ya no sólo es preocupante el dinero, sino la composición de dichas papillas. Pues no sólo tienen cereales, llevan otros aditivos, como azúcares y saborizantes, para que a los bebés les resulten más gratas de digerir. En este estudio realizado por la OCU de 15 tipos de papillas para bebés encontraron que algunas se aproximaban al límite legal de contenido de azúcar y en casos puntuales encontraron micotoxinas
Los bebés tienen que comer cereales, claro, pero no existe obligatoriedad en dárselos en forma de papillas con alto contenido en azúcares. Comer cereales caseros es sencillo, más barato y más saludable. El arroz y el maíz son dos cereales sin gluten que podemos encontrar fácilmente en todas las casas. Y en cuanto introduzcamos el gluten, que será en torno a los 6-8 meses, ya no hay límites, macarrones, fideos, pan, harinas…tenemos un mundo de posibilidades a nuestro alcance, y al de los bebés. Cocer pasta o arroz es bien fácil y de este modo, los bebés comerán cereales de forma más natural. Y si ya les añadimos un sofrito de verduras, ummm. Y si alguien me dice que no van a comer todos los días arroz…. ¿no pasa nada porque coman todos los días papillas de cereales?
Tarritos de frutas y verduras
Otras de las grandes apuestas de las empresas dedicadas a la alimentación infantil son los tarritos de comidas envasadas. . Hay multitud de variedades, desde los que llevan una sólo fruta hasta los que combinan frutas con “galletas” o con “yogur”, de verduras, de carnes, de pescado y ya, lo más fuerte, los que llevan la etiqueta “buenas noches” para que el bebé “duerma mejor” ( y remirada la etiqueta no llevan nada distinto de los demás). Vale, no digo que en una ocasión especial, que os vaya a pillar fuera de casa, no los uséis, pero no por norma. Aunque ni en ocasiones especiales los he usado yo, pues Sara siempre se ha adaptado a comer cualquier cosa donde fuéramos. Alguna vez nos han dado muestras de potitos, pero creo que la peque los ha probado en un par de ocasiones y después de dos cucharadas ha dicho que se los comiera Rita. Donde esté una buena pera…
Los especialistas aconsejan usar estos tarritos de forma ocasional y no abusar de ellos. Es cierto que las leyes con respecto a los preparados de alimentos infantiles son muy estrictas, pero eso no quiere decir que no haya unos límites y que los fabricantes a veces lleguen hasta esos límites. De nuevo, en estudios de la OCU se han encontrado niveles altos de azúcares y de sodio, siempre dentro de los límites establecidos, pero mayores que si nosotros les damos comida casera sin azúcar ni sal añadida. “Les sobra almidón y azúcar; y, a veces, les falta algo más de pollo o pavo”; “seis de los tarritos tienen más de la que aportan las frutas. Esto nos indica que son endulzados artificialmente.” No he podido acceder al estudio por no ser socia de OCU pero os dejo el enlace a este blog que copió todo el estudio.
Y aquí os dejo también para que leáis los comentarios de una mamá dentista y el exceso de azúcar y las caries:Mi hijo no toma chuches
En este tipo de alimentos se mezclan tantos ingredientes que los bebés difícilmente podrán distinguir sabores. ¿Quién dice que sea mejor que un bebé se coma un trozo de pera, uno de manzana, uno de naranja y uno de plátano triturado y envasado a que se coma sólo un plátano o un trozo de pera? ¿Acaso nosotros tomamos macedonia de frutas cada día? Al darle nosotros fruta en casa y de una en una, los bebés aprenderán a distinguir alimentos. Y ni que decir tiene con los preparados de carnes y verduras, que a veces llevan tantas cosas que el porcentaje de digamos, ternera, es mínimo. Y el sabor… Luego a veces algunos padres se extrañan que sus a sus hijos no les gusten muchas cosas, si es que con estos preparados no distinguen sabores.
Mucho problema hay también en caso de niños alérgicos a algún alimento. Haciendo nosotros la comida en casa, sabemos de sobra lo que lleva y lo que no. En los alimentos envasados, aunque el etiquetado siempre indica de qué están hechos, hay veces que pueden contener micro cantidades que no están obligados a poner en la etiqueta y se cubren las espaldas con eso de “puede contener trazas de…”
Vale, alguno me dirá que los tarritos preparados son más fáciles (lógico) y que no saben cocinar. Pero digo yo que el resto de la familia también come, pues el bebé puede comer lo mismo. O hacer purés especiales para ellos, no es tan difícil. (Hablo de purés para los que quieren alimentar así a sus hijos. De la alimentación libre de papillas ya hablaré la semana que viene). Un puré se puede hacer en cantidad y congelar, y hacer distintos tipos de puré para variar la alimentación.
Leches de crecimiento y yogures adaptados
Ya sabemos que lo mejor es la lactancia materna, en exclusiva hasta los 6 meses y complementada hasta los 2 años y después, todo el tiempo que se quiera. En estos casos, los bebés no suelen y no necesitan tomar leche de vaca en bastante tiempo. Pero en los bebés alimentados a fórmula, a partir del año, empiezan las dudas.
La OMS recomienda tomar leche de inicio tipo 1 hasta el año y a partir de entonces, leche de vaca entera. “Las formulaciones actuales ocasionan una ingesta excesiva de proteínas y una ingesta insuficiente de ácidos grasos esenciales, hierro, zinc y vitaminas del grupo B, respecto a las recomendaciones de la OMS para el adecuado crecimiento y desarrollo de los bebés y niños pequeños.” Extracto traducido de esta información sobre las leches de crecimiento de la OMS
A partir del año, los niños pueden tomar leche de vaca entera. Sola. Normal. Y ya está. Pero claro, las empresas de alimentos infantiles vuelven a meternos por los ojos las bondades de sus leches especiales. Una vez más, en muchas consultas de pediatría, recomiendan a los padres dar a los niños leches de continuación tipo 2 y 3, que están enriquecidas con un montón de vitaminas y minerales, supuestamente necesarios para su desarrollo. Digo supuestamente, pues los niños no sólo se alimentan de leche y las cantidades de otros nutrientes que necesitan ya las obtienen del resto de la comida.
Susana Ares Segura, médico del Servicio de Neonatología del Hospital Universitario La Paz: “Las leches llamadas ‘leches de crecimiento’(que se comercializan para niños mayores de un año) no son necesarias“. Explica que son fórmulas de transición entre la materna y la de vaca pero no suponen ninguna ventaja alimentaria para niños sanos sin necesidades especiales” La entrevista entera la podéis leer aquí.
Os dejo otra noticia sobre el motivo por el cual los niños no deberían tomar este tipo de preparados lácteos, que podéis leer en este enlace. Como ya os he comentado, tienen más azúcar y hasta tienen menos calcio.
Si os fijáis en estas imágenes comparativas, en una se ve la composición y los valores nutricionales de la leche de vaca entera y de una leche de crecimiento.
Aceites vegetales, azúcar, leche desnatada…vamos que tiene un montón de cosas además de vitaminas y minerales. Y 22 gr de azúcar en un vaso!!
Una leche de vaca normal también tiene vitaminas y minerales. Con menos azúcar, y menos calorías
Con respecto a los yogures especiales para bebés, pasa lo mismo. Se recomiendan a partir de los 6 meses de edad por estar preparados con leche de continuación. Pero en un estudio de la OCU de dos marcas de yogures para bebés, constataron que NO están elaborados con leche de continuación, que les han añadido azúcar y que tienen un montón de calorías. Eso sí, para las compañías que los fabrican y los venden, el negocio es muy rentable, pues 4 yogures de este tipo cuestan en torno a 2.5€, mientras que si esperamos hasta los 9-12 meses para darle yogures al bebé, podemos darle yogures naturales sin azúcar que cuestan en torno a 1€. ¡Vaya diferencia! Aquí el estudio completo
Para terminar, el otro día leí este artículo, que si bien no habla expresamente de alimentación infantil, es uno de los “zumos envasados” que más se anuncian y que muchos padres consideran adecuados para mandar al cole de los peques. Deberías leerlo.
Y como siempre, termino diciendo que cada uno se alimenta cómo quiere, eso está claro. Ya he dicho muchas veces que yo no soy la madre más sana, pues a veces llevo a los niños a comer hamburguesas, les compro helados y chuches de vez en cuando. Pero intento evitarlo todo lo que puedo, y prefiero hacer hamburguesas y pizzas caseras, que ellos disfrutan igual y por supuesto, lo que sí hago es evitar este tipo de comida “especial para niños”. Oigo a muchos padres quejarse del dinero que cuestan los niños y luego les veo llenando los carros de alimentos preparados que en realidad no necesitan y que cuestan más de lo que se pueden gastar.