Como ya hemos visto, a partir de los 6 meses empieza la introducción de la Alimentación Complementaria. Aunque en algunas ocasiones algunos profesionales de la salud indiquen otras pautas, como comenté aquí.
Sara, 6 meses, los restos que dejó de la tortilla de patatas
De nuevo, en la mayoría de las consultas, los consejos que recibimos para esta tarea pasan por papillas y purés, todos los alimentos juntos y triturados. Y los adultos somos los encargados de meter la comida en la boca de los bebés. Pero hay otra manera de hacer las cosas, a mí entender más natural y con más ventajas. Y es dejar que los niños coman ellos mismos los alimentos que les apetezca.
La alimentación complementaria, como su nombre indica, lo que hace es complementar a la leche, que durante el primer año de vida es el alimento principal de los bebés. Nunca hay que sustituir tomas de leche por comida, es absurdo, un puré de verduras tiene muchas menos calorías que una toma de leche. Y de esa manera, lo que hay que hacer es dar al bebé sus tomas de leche y después, ofrecerles otro tipo de alimentos. Evidentemente, la cantidad que coman será pequeña después de haber mamado (o tomado el bibe), pero poco a poco, ellos mismos irán tomando más alimentos.
6 meses, comiendo un plátano fuera de casa
Baby-Led Weaning (destete guiado por el bebé) o alimentación complementaria regulada por el bebé, consiste en ofrecer al bebé los mismos alimentos que toman los adultos, presentados de manera que ellos los puedan tomar con sus manos y llevárselos a la boca. Esto tiene múltiples ventajas, como que el bebé come sólo lo que quiere y necesita y se acostumbra antes a distintas texturas y sabores. Al no dar comida triturada ni hecha purés, al cabo de unos meses no tendremos que “enseñarles” a masticar. Muchos padres que han alimentado a sus hijos a base de purés, a partir del año de edad, empiezan a preocuparse porque sus hijos no mastican. Incluso conozco casos de niños de 3 años que no saben masticar, ya que siempre se lo han dado todo triturado y ahora no quieren ni ver un trozo. Dejando que los bebés coman por ellos mismos comida sin triturar, aprenderán a masticar sin problema y nos saltaremos el paso de los purés. Además, los bebés tienen una curiosidad innata, lo que hace que quieran probar y experimentar con nuevos alimentos.
6 meses, una galleta en el restaurante del hotel
Muchos padres se asustan y tienen miedo a que los bebés se atraganten. Pero como la naturaleza es muy sabia, los bebés vienen “de serie” dotados del reflejo de extrusión. Este reflejo permite que los bebés expulsen de su boca alimentos no líquidos con su lengua. Este reflejo se pierde en torno a los 5-6 meses, que es cuando los bebés pueden empezar a tomar alimentos sólidos. A partir de entonces, los bebés también siguen muy bien preparados y son capaces de expulsar de su boca algún trozo más grande. Hace años no existían las batidoras eléctricas para hacer magníficos purés a los niños, ¿Cómo creéis que se alimentaban entonces? Sólo tenemos que tener confianza en ellos mismos y estar siempre delante. En una charla de lactancia en la que estuve en un hospital, comentaron que había más atragantamientos en casos de bebés alimentados con purés que con sólidos, debido a que al comer en forma de purés, muchos padres les meten la comida a la fuerza en la boca y si lloran y tragan….puede haber un gran problema. Podéis leer sobre atragantamiento en este post que escribí el año pasado.
7 meses, brócoli
Sobre Baby-Led Weaning hay mucha información en la web y yo no voy a ser capaz de contarlo todo ahora. Os dejo estos enlaces para los que queráis informaros más, podáis hacerlo. Este es un grupo de Facebook para resolver dudas sobre el tema; . También podéis encontrar información aquí, aquí y en esta en inglés.
Yo sólo os voy a contar unas ideas generales y sobretodo, hablaros de nuestra experiencia.
8 meses y las ricas croquetas que hace mamá
El término Baby-Led Weaning fue acuñado por la enfermera pediátrica y matrona Gill Ripley, que además ha escrito varios libros al respecto. Os dejo este enlace donde hacen un resumen muy bueno de su libro, y al que le interese, el libro entero ya está editado en español y se llama “El niño ya come solo”. Hablando de libros, también me resultó muy interesante leer “Mi niño no me come”, de Carlos González y “Se me hace bola”, de Julio Basulto, para darme cuenta de lo obsesionados que están algunos padres con el tema de la alimentación de sus hijos y con las cantidades que comen. Os los recomiendo totalmente. Esta es la página web de Gill Rapley (en inglés)
Hay varias cosas a tener en cuenta antes de empezar la alimentación complementaria autorregulada por el bebé:
- El bebé debe mantenerse sentado por sí mismo. Esto ocurre en torno al 6º mes, depende de cada bebé.
- Mantener la cabeza recta.
- Debe saber coger objetos con sus manos y llevárselos a la boca.
- No hay que introducir alimentos en la boca del niño, dejaremos que el bebé coja y se meta la comida por sí mismo.
- Debe haber desaparecido el reflejo de extrusión
- Nunca hay que dejar sólo al bebé mientras está comiendo, siempre tiene que haber presente un adulto.
- Evitar alimentos con alto potencial de atragantamiento: cacahuetes y otros frutos secos duros, salchichas cortadas en rodajitas, aceitunas, cerezas o uvas enteras (estas se pueden ofrecer cortadas a la mitad y sin hueso)…
9 meses, cómo le gustan las fresas
Esta forma de introducir los alimentos me resulta más práctica por varios motivos:
- Es una forma más cómoda y sencilla de alimentación. No hay que hacer comidas especiales para los niños. Pueden comer casi las mismas cosas que los adultos, siguiendo unas normas de seguridad.
- Es respetuosa con el bebé, los niños son autónomos a la hora de decidir lo que quieren comer, los adultos ofrecemos y ellos comen o no, las cantidades que quieran. De esta manera, comen lo que realmente necesitan. Al comer en forma de puré, suelen comer de más, ya que cuando su cerebro manda la orden de que ya están llenos, les ha dado tiempo a tomar alguna cucharada más (mas la última que le meten los padres en la boca…). Al masticar la comida y comer más despacio, el cerebro procesa la información y paran cuando ya no quieren más.
- Fomenta su autonomía, al dejarles experimentar con la comida. Ellos son exploradores por naturaleza y de este modo, nosotros les dejamos explorar y conocer alimentos y cubiertos como un juego.
- El bebé se acostumbra a ser un miembro más de la familia en las comidas, comen todos juntos y de la misma comida. Con los purés, los bebés comen primero y luego el resto de la familia.
- Hay una pequeña desventaja y es que los bebés manchan y se manchan más. Mucha comida vuela por los aires y termina irremediablemente en la ropa. Usar baberos de esos con mangas largas y poner un hule en el suelo para recoger lo que se cae y volver a ofrecérselo o recogerlo al final más fácilmente, son dos soluciones muy prácticas que nos han venido muy bien.
- En las primeras ocasiones, los bebés tienden a hacer arcadas. Pero tranquilos, no significa que se estén ahogando. Pensemos que durante 6 meses, lo único que ha pasado por sus gargantas ha sido leche. Ahora, cuando pasa algo sólido, se extrañan. Pero tenemos que tener confianza en ellos. Sara al principio hacía alguna arcada o ponía cara un poco rara, pero enseguida dejó de hacerlo. Y en alguna ocasión que arrancaba un trozo de algo más grande, ella misma hacía una arcada y sacaba el alimento en cuestión.
- Una ventaja es que mi capacidad para aguantar comentarios absurdos y pasar de ellos se vio reforzada.
10 meses, comiendo zanahoria, pimiento verde y galletas, ¡viva la diversidad!
Hay alimentos más sencillos para probar al principio, como fruta cortada en tiras largas, plátanos, zanahoria cocida, brócoli, patatas y otras verduras cocidas, pan, muslitos de pollo, macarrones, melón y sandía, tiras de carne… En cuanto desarrollan la motricidad fina y saben hacer la pinza con el pulgar y el índice, podemos ofrecerles arroz, guisantes, maíz y todo lo que se nos ocurra. Es importante cocinar sin sal, sacar los alimentos del bebé y después añadir la sal a nuestros platos.
Además de toda la información que leí durante el embarazo y los primeros meses de vida de Sara, creo que nuestra propia experiencia al respecto es importante. He encontrado grandes diferencias con respecto a la alimentación basada en purés y papillas que llevé a cabo con Lucas hace varios años.
10 meses, las frutas enteras y a mordiscos
Además de las ventajas que ya he comentado con esta forma de alimentación, en nuestro caso he encontrado unas cuantas ventajas más:
- Poder salir a comer a cualquier sitio sin necesidad de salir cargada con comida especial para bebés. Fuéramos donde fuéramos, siempre había cosas que la niña podía comer tranquilamente. Recuerdo cuando aún no tenía 7 meses, que salimos a celebrar mi cumpleaños y pedimos croquetas. ¡Cómo se puso!
- Ahora, con casi 3 años, lo prueba todo. Hay cosas que no le gustan, evidentemente, pero todo lo prueba, imagino que gracias a haber tenido la posibilidad de conocer los alimentos en su forma original desde el principio en vez de todo triturado. Lucas en cambio comió papillas y purés y nunca ha sido un niño de probar cosas nuevas, come muy bien pero hay más cosas que no le gustan que a su hermana. Por ejemplo, las verduras enteras no las quiere y sólo se las come en puré.
- Aprendió a manejar los cubiertos muy deprisa, también porque desde el principio estaban a su alcance y como nos veía usar la cuchara, ella quería probar y la dejábamos.
- No sigue un orden a la hora de comer. La idea de primer plato, segundo plato y postre es meramente educacional. Como a ella le ofrecía los alimentos de la mesa, ahora lo mismo come un poco de comida, lo cambia por la fruta y luego termina de comer.
- Y como conté aquí la otra semana, nunca le hemos ofrecido comida para bebés tipo potitos, cereales ni leche de continuación, siempre las mismas cosas que comíamos nosotros. Al principio eran cosas adaptadas a sus manos y en cuanto supo hacer la pinza, ya comía de todo, lo que me ha supuesto un ahorro de dinero en “comida especial para bebés” y una disminución en la ingesta de azúcares que llevan todos estos productos.
Con 11 meses manejaba la cuchara de forma aceptable para comer espaguettis de un plato
En resumen, a nosotros nos ha ido muy bien con esta forma respetuosa de iniciar la alimentación complementaria. Eso sí, hemos tenido que oír infinidad de comentarios al respecto. Al principio, a mi madre le expliqué la teoría y toda la información que tenía y le pareció bien, aunque cada vez que íbamos a comer a su casa ¡qué casualidad que siempre había hecho puré! Jose y yo nos reíamos mucho de esas casualidades. Al poco tiempo, al ver cómo la niña interactuaba con la comida, dejaron de extrañarse y empezaron más a sorprenderse, al ver lo bien que se apañaba y se desenvolvía ella sola con la comida. Pero también he tenido que oír frases menos agradables, como que éramos unos irresponsables por dejar que la niña se comiese un trozo de jamón serrano ella sola con 9 meses. Una persona hasta se levantó y se fue porque no podía seguir viendo a la niña comiendo sólidos. Peor para ella.
Así que, si estáis dispuestos a confiar en la capacidad de vuestros hijos para decidir cómo, cuándo y cuánto comer y en la vuestra para escuchar comentarios absurdos, os animo a que os sigáis informando sobre el Baby-Led Weaning y os sorprenderéis de los resultados.
Todas las fotos que aparecen aquí son de Sara comiendo distintos alimentos. En muchas se puede apreciar que no estábamos en casa y comía cualquier cosa. Y vosotros ¿cómo habéis iniciado la alimentación complementaria?
12 meses y de merienda un sandwich