Con dos años el niño ya debe tener el gusto acostumbrado a probar diversos y variados alimentos, es el momento de reforzar esta conducta pero además incidir en otras cuestiones como el comportamiento en la mesa y el que empiece a comer solo.
A esta edad se deben realizar al menos cuatro comidas a día desayuno, comida, merienda y cena, el niño realiza un gran desgaste físico y mental es una etapa en la que aprende gran número de habilidades y necesita de la energía que le aporta la alimentación.
En función de sus horarios puede que también sea necesario darle un almuerzo o algo ligero antes de irse a dormir. Estos tentempiés deben ser saludables y no optar por bollería, zumos industriales o chucherías.
El niño debe ya de comer de todo a esta edad
Se debe comer de todo y si hemos acostumbrado al niño desde pequeño a una dieta rica no tiene que haber problema en este sentido, pero lo que no hay que hacer es forzar al niño a comer. Los padres van a decir que alimento come su hijo pero será este el que decida si quiere comer o no y cuánta cantidad. Ningún niño se muere de hambre y este es el momento de adoptar unas pautas firmes en la mesa, si no se hace así el niño puede convertirse en un caprichoso con la comida. Se presenta el plato en la mesa y si no quiere no se le ofrece otra cosa, tampoco se le tiene dos horas delante de la mesa. Al final aprenderá a comer lo que le pongan y cuando toca, aunque deberemos intentar respetar, dentro de un menú equilibrado, sus gustos y preferencias, así como no obligarle a comer más allá de lo que quiera. A veces los mayores nos excedemos sin darnos cuenta en las raciones sin pensar que las necesidades nutricionales de nuestros hijos no son como las nuestras.
Para que el niño aprenda a comer como los adultos lo mejor es predicar con el ejemplo para ello el niño debe compartir la mesa con toda la familia, verá como se utilizan los cubiertos o como se piden las cosas, además es la situación ideal para hablar de forma relajada y comentar la jornada convirtiendo la comida en uno de los momentos más agradables del día.
El niño puede ayudar a hacer la compra, a cocinar y a preparar los alimentos
Podemos implicar también al niño en su alimentación con otras prácticas, por ejemplo puede ayudar en la compra, hacemos una lista y el niño nos ayuda en el mercado, además podemos hacerle partícipe cuando elaboremos el menú semanal y dejar que nos ayude en la cocina con tareas sencillas como lavar la verdura o exprimir una naranja. Todas ellas son cosas que le encantará hacer y que le ayudarán a apreciar todo lo que tenga que ver con la alimentación.
En esta etapa, además de presentarle todo tipo de alimentos y cocinados de forma variada, el niño va a aprender una serie de conductas y costumbres que se mantendrán durante su vida adulta, por tanto la única forma de que coma bien y sano siempre es hacerlo desde que es pequeño.