“Una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante” – Alejandro Casona.
Hola a todos, chicas y chicos de Mentalidad Fitness.
Hemos estado un poco apartados de la producción de contenidos en el Blog y, después de reunirnos los integrantes del equipo, hemos decidido continuar con la elaboración de los mismos, empezando con este relativo a la alimentación, a la salud y a los niños. ¿Qué y cómo pueden comer?
Antes de nada, quería comentaros que hemos perfilado la continuidad del Blog a dos estandartes principales:
- artículos de calidad en cuanto al contenido.
- artículos de utilidad para todos nuestros lectores.
Como siempre, seguimos divulgando acerca de:
- Fitness.
- Salud.
- Desarrollo personal.
Y ahora, ¡vamos a ello!
La alimentación saludable. ¿Todo o nada?
Año 2018. Encendemos la televisión. Nos encontramos en medio de un bombardeo de publicidad. Muchos de los anuncios están relacionados directamente con la comida. Y, en el marco inferior de la televisión, aparece un consejo o tip como:
“Se recomienda el consumo moderado de sal, grasas y azúcares”; “realiza ejercicio físico a diario”; “camina 30 minutos al día”; “desayuna todos los días”.
Pero, no nos engañemos. Todos sabemos, o deberíamos saber que el 80-90% de estos anuncios comerciales están invitándonos a comprar sus productos que distan bastante de lo que consideramos “alimentación saludable“.
¿Hablamos de un problema de invisibilidad?
Sin duda: sí. Da la sensación de que, desde las instituciones de nuestro país se hace poco o nada por evitar el enmascaramiento del problema social que conlleva la mala alimentación: en especial en los niños. Quienes son destinatarios, si bien pagan sus padres por los productos favoritos de sus retoños.
Nuestra compañera, Jessi ya habló en este artículo sobre la invisibilidad de la mala alimentación como problema social.
Comida sana para niños.
Como decíamos, la comida sana queda mucho más oculta gracias a estos spots enfocados a niños, donde les ofrecen: galletas, dulces, snacks salados, o productos cárnicos de calidad muy, muy baja.
No hace falta irse muy lejos. Ya hablamos del alcance de la comida basura en éste y, en este otro artículo.
Seamos honestos. Las galletas, los donuts, las pizzas precocinadas, los pavo en lonchas, los quesitos para comer con palitos de pan, no son la mejor opción. Lo sabemos.
¿Comfort zone = pereza?
Sí, lo es. No queremos, no sabemos o no sabemos porque no queremos aprender. Pero, una premisa está clara: lo que decidimos hoy, contará para el futuro.
Y, si fueran mis hijos, mientras no tengan la capacidad intelectual de hacer buenas decisiones para ellos, apostaré por enseñarle cómo hacerlas. No es cuestión de obsesionarnos. Abordaremos eso, a continuación. Quien tiene el conocimiento tiene el poder. Sólamente, eso.
Obsesión, ¿Dónde está el límite?
Muchos podriámos entrar en un proceso de ansiedad por tratar de ejercer una sobreprotección de las niñas y de los niños por miedo a que, potencialmente, ocurra algo considerado negativo para ellos. No tiene ningún sentido frustrarse por aquello que no podemos controlar. Centrémonos en lo que podemos hacer, lo que podemos evitar. Eso es lo que nos dará resultados. No tiene razón de ser obsesionarse con el control de todo. No es sano.
¿Hay una comida específica para niños?
Llegados aquí, podría decirse sí.
Claro, si hay batidos, papillas, potitos, galletas, leches, quesos, yogures, postres, snacks, “adaptados” a ellos, ¿Cómo no va a haber una comida para niños?
Y como ya veremos en las siguientes entregas: la publicidad tan agresiva -y, desde aquí apuesto por una regulación más estricta de la misma- y comercial de los productos ultraprocesados destinados a niños: galletas dinosaurs, oreo, príncipe, panteras rosas, donuts, palmeras, kinder, nutellas, doritos, hamburguesas, y varios; lucha porque el show continúe. Hay que despertar de Matrix, como dice Carlos Ríos, del movimiento Realfooder.
Entonces, ¿Hay realmente una comida para niños?
Salvo que tengas un bebé las necesidades nutricionales de los bebés se satisfacen totalmente por medio de la leche materna o con la fórmula para bebés fortificada con hierro hasta que tienen aproximadamente seis meses de edad.
La Asociación Nacional de Enfermeros Pediátricos, la Academia de Pediatría Estadounidense y la Organización Mundial de la Salud recomiendan que todos los bebés sean alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida.
La leche de la madre es la nutrición ideal y es suficiente para permitir el desarrollo y el crecimiento en esta etapa. Su proveedor de atención médica puede recomendar un suplemento de vitamina D para su bebé alimentado exclusivamente con leche materna.
Aproximadamente entre los cuatro y los seis meses de edad, los bebés comienzan a observar y a imitar los hábitos de alimentación de sus padres o de otras personas encargadas de su cuidado. En este momento, el bebé puede estar listo para pasar a los alimentos “complementarios”.
¿Existe, pues, alguna razón para dar a nuestros niñ@s algo que no se puede considerar comida?
No, realmente. Tendremos en nuestra mano la decisión final. Tendremos la opción de darles algo nutritivo (dependiendo la edad, podrán tolerar algunos alimentos, bien habrá que dejar otros para más adelante) o, de darle algo que no lo sea.
¿Es importante la salud? Eso depende de quienes tomamos la decisión, ¿No os parece?
Seguid conectados, pues pronto tendremos un artículo nuevo relacionado:
Alimentación saludable y comida sana para niños. Capítulo II: Dieta saludable y equilibrada.
Un saludo, amigos de España y Latinoamérica.
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