Alimentación y límites. Desafíos actuales.
Por: psicologocano
Hoy estamos viviendo una verdadera tentación gastronómica, la llegada a Chile de distintos representes latinoamericanos han enriquecido la carta gastronómica nacional, incluso han variado el menú festivalero de la Patria y su aniversario.
Cambiando la vista, el aroma, el gusto y olfato, un giro total a nuestros sentidos.
La oferta es variada, así como también su cantidad. Y acá la gran pregunta quien pone él limité de lo que comemos o ingerimos. Muchas veces pareciera ser que el mandato: te comes todo, se entiende literalmente.
Es decir, lo que exista en la fuente del deseo debe ser comido. Ahí, uno de los problemas a la base de la obesidad, el cuerpo que está a segundos de ingerir la comida no es él limité suficiente a la tentación gastronómica y debe ser esta última la que ponga él limité final. Claro, sería difícil pensar que alguien pida un plato para darle solo dos cucharadas, lo encontraríamos un gusto bizarro o por lo menos ridículo.
También observaríamos de mal gusto pedir un plato para compartir, sería demasiado egoísta, lo indicaríamos como un mezquino bien vestido. Lo que señaló anteriormente, es una de las grandes preguntas cuando trabajamos en trastorno de la alimentación u obesidad.
Preguntas que se van trabajando con el consultante hasta llegar a la conciencia final del cuerpo, sus dimensiones y un funcionamiento sano. Atención que con esto no quiero promover el delgado físico de los años 60, y menos un estereotipo de físico ideal. Más bien mi propuesta de cuerpo sano, es una construcción personal que se hace con el deseo del paciente y ello puede estar sobre la base de muchos impedimentos que le ocasiona el cuerpo actual.
Es común escuchar en la consulta frases como; Quiero jugar más con mis hijos, quiero recuperar mi calidad de vida o simplemente me quiero ver mejor, todas opciones válidas para el cambio y desarrollo de un espacio saludable.
¿Quién coloca el límite? Es algo parecido al preguntar; ¿Quién coloca el cascabel al gato?, la diferencia que no hay gato ni cascabel para anunciar; limite llenado.
Para muchos puede ser un recuerdo y para otros una realidad, sin pretender ser autorreferente, tampoco lo puedo evitarlo, la dieta y la alimentación es algo que nos cruza a todos y todas.
Durante nuestras infancias o en los años 80’, la once era preparada en una tasa de 200 cc, un pan por persona acompañado de un buen postre, con la comida no era muy distinto, un vaso de 200 cc, un plato de 300 cc y una bebida de 1 litro, posiblemente los vasos y tasas no la recuerden al igual que yo; sin embargo, la bebida de un litro es inolvidable.
En la actualidad la vajilla cambió completamente, junto con el aumento de sus porciones también comparte la mesa, una botella de tres litros y otra que se guarda en el refrigerador. Para finalizar, estamos en una sociedad donde los límites de la comida vienen desde un tercer invitado a la mesa, es decir: el envase del producto a consumir.
Elemento que debemos considerar para obtener resultados exitosos y esperados, ya sea por el profesional o el consultante, ya que muchas veces el limites del producto a consumir dejo de instalarlo el cuerpo y paso a ser ese plato vendido en el restaurante o la comida embazada que trae la amigable “dosis justa”
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