El cáncer nos da miedo pero, a veces, creo que no el suficiente como para motivarnos y dirigirnos hacia un estilo de vida más saludable. Me atrevo a decir esto porque día tras día escucho los comentarios de la gente respecto a dicha enfermedad o las experiencias cercanas que han conocido pero absolutamente ninguna de ellas ha estado dispuesta a escuchar mi opinión personal y profesional para descubrir algunas opciones que, lejos de curar el cáncer, sí pueden prevenirlo o ser potentes coadyuvantes del tratamiento oncológico. Hablo de recuperar la alimentación de nuestros abuelos (más cruda, con menos carne y lácteos, con todos los vegetales de temporada sobre la mesa, sin productos envasados y procesados), de trabajar por lograr otro ritmo de vida (menos sofá y smartphone y más naturaleza, caminata y relajación), de abandonar los productos cosméticos convencionales (que embellecen por fuera e intoxican por dentro)…
No quiero convencerte de nada, tan solo compartirte una entrevista a la Dra. Odile Fernández (logró vencer un cáncer con solo un 5% de posibilidades de curación con cambios en su estilo de vida) y listarte una serie de alimentos contra el cáncer para que decidas por ti mismo/a:
- Aceite de oliva: el oro líquido mediterráneo se establece como una grasa monoinsaturada que no solo mantiene flexibles las arterias (favoreciendo así la circulación de la sangre y la oxigenación de los tejidos) sino que, además, disminuye el riesgo de padecer cáncer colorectal o de sufrir una evolución de la mucosa digestiva a adenoma o carcinoma gracias a su acción sobre los ácidos biliares.
- Agua: aunque no es un alimento, es un líquido imprescindible para la vida y para el correcto funcionamiento del organismo. Un consumo suficiente de agua mantiene el buen funcionamiento de las células y ayuda a excretar toxinas.
- Ajo: su contenido en alicina (un compuesto rico en azufre) ayuda a depurar el hígado, eliminando las sustancias tóxicas que se acumulan en la sangre y los tejidos. Además, el ajo logra unirse a dichas toxinas para neutralizar sus efectos menos deseables sobre las células.
- Algas: son un súper-alimento pues no solo son depurativas sino que están llenas de minerales, oligoelementos, vitaminas, fibra y proteína vegetal. Están especialmente recomendadas en la prevención de enfermedades pero también durante los tratamientos con quimio y radioterapia pues refuerzan el sistema inmunológico y ayudan a reducir, de esta forma, los efectos secundarios de dichos tratamientos oncológicos.
- Arroz integral: es una semilla que contiene inhibidores de la proteasa, sustancia que está siendo estudiada por retrasar la aparición del cáncer. Además, en el arroz de grano entero se encuentran también otras sustancias antitumorales que protegen del cáncer de mama, de próstata y de colon.
- Batata: según la Organización Mundial de la Salud, apenas unos bocados de este tubérculo cubren las necesidades diarias de vitamina A, disminuyendo así el riesgo de padecer cáncer de pulmón.
- Berenjena: su color violeta la hace pertenecer al grupo de vegetales que contienen sustancias anticancerígenas que protegen al organismo de la mutación celular que se produce con el cáncer.
- Brécol: la ingesta de brécol o brócoli se relaciona con un menor riesgo de cáncer de colon, tal y como concluye el estudio del Dr. Saxon Graham de la State University of New York.
- Cebolla: un estudio del Anderson Hospital and Tumor Institute of Houston demuestra que la cebolla inhibe algunas de las actividades que forman parte del proceso cancerígeno.
- Cítricos: su riqueza en vitamina C y flavonoides los convierte en estimulantes de las células de defensa y en grandes protectores de los capilares sanguíneos que mantienen las membranas permeables y oxigenadas.
- Hortalizas crucíferas: incluir repollo, coliflor, berros, rábanos y etc en la mesa es incluir un cóctel antitumoral en la dieta que refuerza las defensas, combate los radicales libres y protege las células. Se ha demostrado que aquellas personas que consumen al menos 5 de estos productos tienen un 50% menos de posibilidades de padecer cáncer de vejiga, de mama o pólipos en el intestino grueso.
- Espinacas: la elevada cantidad de carotenoides y clorofila que contienen le confieren propiedades anticancerígenas muy destacadas. Se ha comprobado que su ingesta inhibe la aparición de tumores, sobre todo los relacionados con el cáncer de pulmón (de modo que todo fumador debería incluirlas diariamente en su dieta).
- Fresas: son frutas muy depurativas que limpian el organismo de toxinas y lo nutren con grandes dosis de minerales, vitaminas y fibra. Un estudio italiano revela que sus potentes antioxidantes (vitaminas y polifenoles) son capaces de combatir sustancias cancerígenas como las nitrosaminas.
- Frutas del bosque: aunque los efectos de estas frutas se están estudiando por su capacidad preventiva frente a la leucemia, hay que aprovechar la antocianina presente en moras, arándanos y grosellas por su gran poder antioxidante, acompañado de dosis altas de vitaminas A y C, minerales, pectina y ácidos vegetales.
- Frutos secos: son otra opción para lograr un gran aporte de antioxidantes en una pequeña ración. Las almendras, las pipas de girasol, las nueces, las avellanas… Todos son fuente de vitaminas B y E, minerales, magnesio, manganeso, zinc y selenio. Puedes conocer sus beneficios en detalle aquí.
- Legumbres: aunque no lo sepamos, son ricas en fibras inhibidoras de las proteasas y ello las convierte en grandes preventivas de los tumores de mama y colon. ¡Es importante echar mano de las propiedades anticancerígenas de lentejas, judías, guisantes y garbanzos!
- Manzana: su pectina (es un tipo de fibra) favorece la eliminación de toxinas a través de las heces. Además, no hay que perder de vista el estudio realizado con animales que ha logrado que los ácidos clorogénicos y elágicos de la manzana bloqueen la aparición del cáncer.
- Melón: el National Institute of Cancer de Estados Unidos demostró que una dieta rica en carotenos reduce el riesgo de contraer cáncer de pulmón, vesícula, estómago y garganta. Por ello, el melón es buena opción por su riqueza en betacarotenos antioxidantes.
- Pimientos: muy ricos en betacarotenos que, junto a la vitamina C, son antioxidantes y protectores de la mucosas. De la misma forma, la capsaicina que contienen bloquea los compuestos precancerosos de las carnes y los pescados ahumados que podamos ingerir.
- Piña: es una fruta tropical a la cual se le atribuye una gran acción antitumoral gracias al efecto de una enzima llamada peroxidasa.
- Setas: son utilizadas por la Medicina Tradicional China para reforzar el sistema inmunológico y estimular de forma natural la fabricación de interferón (un potente anticancerígeno que se sintetiza a través del betaglucano de las setas, especialmente algunas de las japonesas tipo shiitake, reishi y maitake).
- Té verde: es un gran protector de las radiaciones ambientales de modo que es un buen aliado contra el cáncer de piel. Su riqueza en polifenoles logra la anulación de los efectos de la nitrosamina (agente anticancerígeno).
- Tomate: en todas sus presentaciones (sobre todo en crudo) nos aporta grandes cantidades de licopeno, el cual se ha demostrado que es altamente efectivo en la protección frente al cáncer de próstata. Además, su piel y pepitas también contienen sustancias especialmente antitumorales.
- Uva: contiene un potente antioxidante como es el resveratrol, que bloquea los agentes cancerígenos y la proliferación de células dañinas.
- Zanahoria: es otro de los protectores del fumador pues su riqueza en betacaroteenos regenera las células epiteliales de las mucosas respiratorias.
Raquel Cabalga
Dime, después de leer todo esto… ¿Qué vas a hacer con tus hábitos poco saludables?
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