Revista Salud y Bienestar

Alimentos para niños bajo control

Por Blogdefarmacia.com

La publicidad y los supermercados rebosan de productos que en teoría están pensados para los niños. Con vistosos envases y la promesa de contener los nutrientes necesarios para su óptimo crecimiento a veces no son lo que parecen.

Conviene comparar la etiqueta nutricional de los productos más vistosos o comerciales con otros que no contengan tantos aditivos

Alimentos para niños bajo control

Cereales para desayunar

  • Pueden contener grasas saturadas insanas
  • Controlar el azúcar añadido. Por ejemplo 40 /100 gramos es un índice excesivo
  • Es conveniente acostumbrar el paladar infantil al cereal sin azúcar

 

Los bollos, magdalenas y pastelillos

  • Están muy desaconsejados los que contienen aceites o grasas vegetales parcialmente hidrogenados.
  • No deben formar parte de la dieta diaria
  • Es preferible hacer bizcochos caseros con poco azúcar y aceite de oliva o de girasol

 

Bebidas con leche y yogures con frutas

  • Se presentan bajo el beneficio conjunto de la leche y la fruta, cuando en realidad no sustituyen a los nutrientes de los alimentos reales,
  • Muchos llevan azúcares añadidos además de gran cantidad de aditivos
  • Los llamados sabores multifrutas son una mezcla indefinida que no educa el paladar del niño para identificar los sabores.
  • Teniendo en cuenta que un plátano pesa 80 gramos y la fruta contenida en un yogur a veces no alcanza los 9 gramos, su contenido vitamínico es inapreciable.

 

Varitas de pescado, nuggets, croquetas y empanadillas

  • En ocasiones el producto principal solo aparece en un 40 por ciento. Lo demás son aditivos y masa de rebozado.
  • Los de pescado se fabrican con un conglomerado de distintos pescados que no alcanzan las proteínas de una ración de pescado fresco y tienen altos índices de sal.

 

Embutidos y fiambres

  • Salchichas, chóped, mortadelas y patés, suelen ser productos de escasa calidad nutritiva con aspecto y sabores artificiales y muy pronunciados.
  • Influyen de forma negativa en el paladar del niño, por no apreciar el gusto más sutil de productos naturales.

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