Los ojos y la piel poseen el mismo sistema embrionario. Como ocurre con la piel, el cristalino -una de las principales estructuras oculares- se ve afectado por los radicales libres (la oxidación que produce el metabolismo), cuya acción se neutraliza con los antioxidantes. Estas sustancias están presentes en los carotenos (zanahorias, brécol, espinacas); en la vitamina E (aguacate, huevo, cereales integrales, germen de trigo), en la vitamina C (fresa, mango, naranja, limón, verduras de hoja verde, pimiento) y en los flavonoides (frutas, hortalizas y té verde). Asimismo, todos los alimentos que mejoren el funcionamiento del sistema nervioso beneficiarán también a los ojos dado que la retina está formada de capas neuronales. Se recomiendan aquellos que contienen vitamina B2 (algas, levadura de cerveza, cereales y carne)