Aunque antes, debemos empezar por entender que el dolor tiene 2 componentes:
1.Dolor objetivo o primario
Este dolor primario corresponde a la señal que el individuo percibe de que un daño físico está teniendo lugar o puede tenerlo si la persona no adopta un cambio en su actividad.
También esta señal de dolor se puede producir por un error del sistema de aviso.
Así que es cuestión de prestar atención, y desaprender sobre esa señal de dolor equivocada de nuestro cerebro.
Puedes ver más sobre este aspecto en el artículo "Dolor y Movimiento"
2.Dolor Secundario o dolor emocional
Lo que se denomina " Dolor secundario" está compuesto por la relación que establecemos con el dolor a través de emociones y pensamientos.
Aparecen emociones tales como:
Miedo, ira, frustración, ansiedad.
Estas emociones predisponen al cuerpo a experimentar dolor rápidamente y con gran intensidadLa preocupación, las emociones desagradables y la depresión suelen intensificar la percepción del dolor.
El dolor en realidad es una combinación entre estos 2 sufrimientos.
Éstas son algunas palabras del Dr. Goicoechea extraidas de su artículo "El poder y deber del antinocebo"
Sabemos, a Ciencia cierta, que todos los dolores surgen de un estado evaluativo de amenaza consumada , inminente o imaginada, por parte del sistema neuroinmune y que no es una condición necesaria ni suficiente para que sintamos dolor en una zona el que exista una condición patológica en ella.
Sabemos, a Ciencia cierta, que sí es condición necesaria y suficiente para sentir dolor que se active simultáneamente un conjunto de áreas cerebrales conocida como la "neuromatriz del dolor" que es en realidad una neuromatriz o patrón de conectividad que evalúa amenaza y predispone (motiva) al individuo a actuar en el modo alerta-protección.
Un porcentaje sustancial de ciudadanos doloridos no quiere ni oír hablar de que el dolor se construye en su cabeza (neuromatriz evaluativa-motivacional) porque creen, ya que así les han enseñado a creer, que se da a entender que el dolor no existe más que en su imaginación, que es "psicológico".
Y aunque el dolor sea una creación de nuestro cerebro no deja de ser real, pero podemos abordarlo desde el mindfulness entendiendo esta combinación y amortiguando su poder.
Mindfulness para aliviar el dolor es una práctica eficaz
Podemos a través de la práctica gestionar el sufrimiento secundario que es el que aumenta la percepción y potencia del dolor.
Existen distintas prácticas que podemos realizar pero todas pasan por la aceptación de esa situación y por desarrollar hacia nuestro cuerpo una actitud de cariño y amabilidad.
Es decir debemos aprender a desprendernos de la identificación que nuestra mente realiza con el dolor a nivel emocional.
Desprenderte significa que NO "Es tu dolor", es dolor sin más y el estar conscientemente con ese dolor sin querer pelear con él ya propiciará una disminución del sufrimiento.
A través de la práctica como digo podemos reducir la intensidad dolosa en el cuerpo o al menos reducir el sufrimiento en un nivel importante.
¿Y cómo hacerlo?
Desde la práctica, sin tratar de conseguir objetivos rápidos, sino teniendo en mente que primero tratamos de enfocar la atención mental en otro punto distinto a la zona del dolor.
Puedes utilizar la "Atención a la respiración" en principio y cuando hayas avanzado en esta práctica ir introduciendo otras prácticas.
De hecho en muchas unidades de dolor de hospitales ya que se ha introducido la práctica de mindfulness como herramienta para la reducción y tratamiento del dolor crónico.
Ya en el año 2016 apareció esta publicación:
Resumiendo:Artículo original de AMA (la revista de la Asociación Médica Americana), y sus conclusiones fueron las siguientes:
"Entre los adultos con dolor lumbar crónico, el tratamiento con MBSR (Acrónimo ingles del programa Mindfulness para reducción de estrés), en comparación con la atención habitual, se tradujo en una mayor mejoría en el dolor de espalda y las limitaciones funcionales a las 26 semanas, sin diferencias significativas en los resultados entre MBSR"
"Estos hallazgos sugieren que MBSR puede ser una opción de tratamiento eficaz para los pacientes con dolor lumbar crónico."
No podremos evitar el dolor producido por un daño o patología en su totalidad; lo que sí podemos con la práctica de mindfulness es reducir la intensidad percibida e incluso en ocasiones sí conseguir que el dolor desaparezca, sobre todo cuando dicho dolor es la evidencia de un error de nuestro cerebro con las señales de dolor.
Espero que este artículo y la práctica te ayuden a entender algo más la utilidad del mindfulness en un aspecto tan importante de la calidad de vida cuando se padece dolor crónico.