Por Colectivo Artepolítica
Esta nueva derecha, sin embargo, sería algo así como post-nueva derecha o nueva-nuevaderecha. En sólo cuatro años, lo que era nuevo se transformó en ¿viejo?, y lo nuevo se ubicó en otro lado. Vayamos más lejos todavía. Año 1985. Medios de comunicación se hacen eco del triunfo de UPAU, la organización estudiantil ligada a la UCeDé, en la Facultad de Derecho de la UBA. Año 1992: una revista pone en tapa la nota: “Triunfa, gana en las encuestas, será intendente”, y dice: “En mi casa manda mi marido”. La entrevistada es Adelina D’Alessio de Viola, emergente dirigente de la UCeDé que entonces es presentada como joven, mediática y aspiracional. Año 2015. Nos presentan a referentes del PRO como Piter Robledo como una de las caras de la nueva derecha.
La irrupción del fenómeno "libertario" está en
el centro de la campaña y ha llevado
al oficialismo de CABA
a ceder hacia la derecha su plan original
de presunta moderación.
Cedió primero cuando admitió una lista de derecha
como la de López Murphy en la interna
y siguió cediendo cuando radicalizó
su discurso por derecha subiendo a Macri al ring.
Se trata aquí de reflexionar algo más en profundidad sobre lo que nos indica la recurrencia de ciertos marcos interpretativos y ciertas matrices de sentido que se repiten una y otra vez. ¿Por qué resurge repetidamente, como las mareas, una ola de interés sobre lo nuevo en la derecha cada tantos años? ¿Por qué no existe una fascinación idéntica con otras identidades políticas de izquierda, o feministas, o comunitarias? ¿Por qué lo nuevo puede sólo ser de derecha? ¿Por qué se repiten conceptos como juvenil, aspiracional, nuevas tecnologías, irreverente y hasta “popular”? ¿Por qué, al mismo tiempo que se subrayan los innegables elementos novedosos, se ignoran los también innegables elementos que marcan poderosas continuidades con el pensamiento y la práctica política de la tradicional derecha argentina? Incluso llama la atención que asombren más estos "emergentes" que la ausencia de un proyecto político robusto y exitoso de esta misma derecha a pesar de los discursos (y recursos) de los que dispone.
Las nuevas derechas fueron catalizadores desde siempre.
Podemos recordar el buen número de votos que tuvo Rico y su
Modin en el 95, emergiendo como algo "nuevo".
No importa si es la destitución de Dilma Rousseff, la derrota de Cristina Kirchner en unas elecciones para el Senado, el encarcelamiento amañado de Lula Da Silva, el golpe contra Evo Morales o una caída en las encuestas de la aprobación de Alberto Fernández, el progresismo y el campo popular siempre está perdiendo, dividiéndose, desgajándose y autoinflingiéndose derrotas. Y sea Francisco De Narváez, Mauricio Macri, Jair Bolsonaro, Luis Fernando Camacho o Javier Milei, la derecha siempre está “conectando”.
Sin embargo, aunque haya accedido al poder en cuatro de las últimas cinco elecciones presidenciales, el peronismo y lo que lo rodea siempre está perdiendo potencia, siempre está en una larga agonía que “ahora sí” será la última, siempre está actuando de manera conservadora, sin -nunca- plantear “una visión de futuro” ni tener capacidad de comprender las nuevas demandas o renovadas frustraciones. Sobre todo, las recurrentes nuevas derechas siempre son culpa del peronismo. No es que aparecen porque hay una cantidad importante de personas que son y se sienten de derecha, no. Surgen porque el peronismo es muy autoritario, o demasiado débil; porque el poder está demasiado concentrado en Cristina Fernández, o porque está demasiado repartido entre varios; porque el peronismo está fracasando, o porque su éxito hace temer una nueva hegemonía. Esto repite una matriz de pensamiento recurrente, que es que en la historia argentina es el peronismo el único que tiene verdadera agencia y autonomía política: el peronismo se mueve y la derecha sólo reacciona.El peronismo además, siempre está conservando un mundo de orden y en falsa escuadra. Pero cuando mueve la estantería y, por ejemplo, aprueba la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo con los votos de sus senadores del interior, en contra de los diputados cosmopolitas de la Capital Federal, allí no hay nada que analizar.
Ahora, eso sí: lo que sí merecerá impugnación en el espacio público es el ataque frontal a estas expresiones de derecha que vaya si existen, vaya si preocupan y vaya si requieren todos los análisis cuantitativos, cualitativos y teóricos con los que podamos contar. Sean las múltiples resistencias al macrismo, sea la panelista Sol Pérez enrostrándole a Javier Milei que, en definitiva, serán los médicos de la UBA, “los mejores”, los que querrá que lo traten si tuviera alguna afección, o sea la investigación colectiva “La Reacción Conservadora”, las miradas “poco románticas” que enfrentan las expresiones más corrosivas de derecha suelen recibir ataques de todo tipo, les falta “lucidez” y reúnen pocas solidaridades en el espacio público.
El día que las elecciones sucedan se confirmarán unas hipótesis que ya estaban escritas previamente. "Los libertarios" pueden sacar 5 puntos, 10 puntos o 15 puntos y la conclusión será la misma: es un fenómeno nuevo que "no hay que subestimar". Porque subestimar lo trajo "hasta acá", siendo hasta acá lo que sea: 15 puntos en CABA, o 5 en PBA, o un diputado más, o uno menos.Lo importante es eso: que esa nueva derecha no es un desprendimiento de una derecha que fracasó, económica, política y electoralmente, sino que es un error del campo nacional y popular, que no supo cómo conectar con ellos, que no sabe cómo interpelarlos, que no habla ese idioma. Como si las elecciones arrancarán con un 100% de los votos a favor del peronismo y este, luego, los fuera perdiendo a golpes de subestimación e incomprensión de un electorado que, vaya a saber por qué motivos, le pertenecería legítima y previamente.
Estudiemos las derechas con todos los métodos que nos ofrecen las Ciencias Sociales y lo mejor de la Teoría Política. Comprendamos todo el sentido que haya en ellas para entenderlas. Revisemos todas las prácticas del campo nacional y popular que haya que revisar. Pero no nos encandilemos y, sobre todo, no dejemos nunca de enfrentar a nuestros adversarios con frontalidad, convicción, decisión y fuerza.
Colectivo Artepolítica
Autores/as, que forman parte del Colectivo Artepolítica:
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Martín Astarita
Pablo Carnaghi
María Esperanza Casullo
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Mariano Fraschini
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Sol Prieto
Nicolás Tereschuk
Federico Vázquez
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