ALLEGRO BARCELONA (***)
Roselló 25008008 BarcelonaHabitación: 902Fecha de entrada: 15/03/2023Tarifa: 102€ SAEn el corazón del Eixample, a un paso de la Diagonal, de Rambla Cataluña y de la zona más turística y comercial de la ciudad, en la esquina de una bulliciosa calle llena de comercios, bares, restaurantes... encontramos este moderno edificio de acero y cristal convenientemente renovado en fechas recientes para su utilización como simpático y futurista hotel. Dos enormes puertas correderas de cristal, sin marco, consecutivas, con algunas letras pegadas en ellos, con un pequeño espacio intermedio en color blanco nos introducen en un moderno y colorista hall alargado, todo en blanco con una larguísima alfombra en forma de gota de color azul eléctrico con un curioso reflejo en el mismo material y color en el techo. A la derecha en una mesa alta una jarra de agua helada con limón y varios vasos como bebida de bienvenida. A la izquierda, el mostrador de recepción, en madera blanca curva, con dos puestos de trabajo atendidos por dos jóvenes vestidas con uniformes modernos y desenfadados. Luz y modernidad, pero también la extraña sensación en la pintura blanca de remodelación, no del todo bien terminada, de un antiguo espacio. Nos atienden con simpatía. El sistema parece que no tiene su día y la cosa se alarga algo más de la cuenta,. A cambio nos ofrecen una habitación superior con cama grande como habíamos indicado en nuestras preferencias. Nos indican el funcionamiento del wifi, que ofrece una empresa externa de forma gratuita y veloz. También nos indica el horario del desayuno, que no tomaremos. Firmamos dos documentos y en un cartoncito nos entrega la tarjeta blanca con letras en rojo flúor. Nos acompaña por la estrecha y larga recepción, decorada con luces de neón, butacas redondeadas en colores azules con alfombras a juego hasta el espacio en el que están los dos ascensores de puertas metálicas. Allí nos indica que para activarlos hay que acercar la tarjeta a un lector situado junto a la botonadura metálica. Dos paredes con espejo y, buena iluminación y la pared del fondo de cristal que se abre a una pared blanca de la que cuelga una larga lona con la inscripción 'Barcelona' en letras modernas que recuerdan a Mariscal. Las puertas se abren a un pasillo algo oscuro, de moqueta color vino, luces indirectas y un balcón al hueco de la escalera con el techo de cristal. Allí sólo hay dos habitaciones. Una a derecha y otra a la izquierda. Puerta blanca con una enorme gota en vinilo rojo, una cerradura negra de contacto con la tarjeta y un sencillo y nuevo pomo metálico. Tras ella sigue la moqueta roja en todo el suelo. Paredes en blanco muy limpio, que contrasta nada más entrar con las oscuras puertas correderas, algo antiguas, de madera del armario. De techo a suelo. Tras una de ellas una larga barra colgadora en la que hay una docena de perchas normales en color negro. En la otra unas baldas, la caja fuerte, una tabla de planchar y una curiosa plancha de vapor. Frente a él, en la pared de la izquierda, un interruptor blanco, de Bticino, como todos los del dormitorio, la ranura para que la tarjeta active el la luz y el display digital de sencillo manejo del aire acondicionado. Este funciona con algo de ruido, pero no conseguimos que la temperatura a la que sirve el aire sea la que indica la pantalla. Un paso más y accedemos al dormitorio. A la derecha una larga mesa de madera blanca, potente, con una silla también blanca de piel con patas metálicas. Tres cuerpos: uno para ofrecer una bandeja con una cafetera Nespresso con varios juegos de tazas y cápsulas de café, un hervidor, varios vasos y juegos de te. En el cuerpo central, además de un cartoncillo con un QR para acceder a los servicios del hotel, en el hueco de la silla hay una papelera metálica. En el cuerpo de la izquierda y protegido por una puerta encontramos el minibar en el que se ofrecen dos botellas de aguas de cortesía. Por encima una pantalla de televisión cuelga de la pared. Se echa en falta algo de luz para trabajar sobre el escritorio, ya que los puntos de luz quedan bastante alejados. No sería problema instalar un flexo porque hay enchufes (normales y USB) disponibles allí al lado.Frente a la puerta de entrada hay un enorme sofá en color flúor con un gran cojín en gris algo sucio. Varios cojines a juego. Cuelga, larga, del techo, una lámpara metálica con cuatro luminarias. A continuación, la zona de la cama, rotundamente iluminada por una ventana en aluminio cromado y vistas a la enorme luz de un noveno piso de un patio interior del Ensanche barcelonés. La luz entra a raudales durante el día, pero la zona queda demasiado poco iluminada (sólo las dos pequeñas lámparas negras metálicas que cuelgan del techo sobre las mesillas) por la noche. La cama, grande para ser individual, algo justa para ser doble, se presenta en blanco, con colchón de buen calibre, suave nórdico, y cuatro almohadas de distinta dureza y tamaño. Además dos cojines en color morado a juego con el plaid a los pies de la cama. Aparece remetida contra un cabecero en piel blanca con motivos abstractos en morado. Este cabecero sigue por el techo en una curiosa estructura escalonada en blanco y madera. A cada lado sendas mesillas de robusta madera blanca redondeada con una tira en color metal. Tras ellas enchufes disponibles. Sobre ellas los interruptores de la escasa luz, un interruptor para hacer que el sonido de la televisión se convierta en una especie de hilo musical tanto en el dormitorio como en el baño. En una de las mesillas, un teléfono con un bloc de notas y un bolígrafo y en la otra, el mando de la televisión y dos chocolatinas de cortesía con el logo de la cadena.El descanso es fácil. La ventana se protege con un visillo blanco y dos gruesos cortinones en gris que impiden el paso de la luz. Además la insonorización, tanto interior como exterior resulta más que correcta por lo que durante la noche no escuchamos ruido alguno. Al lado del acceso al baño encontramos un espejo de cuerpo entero enmarcado en madera blanca redondeada y justo a sus pies un maletero en metal con tiras de tela negra.En el lado izquierdo del dormitorio encontramos el baño, abierto del todo a la habitación, y muy luminoso, luz que permite aumentar algo la luminosidad del dormitorio. Suelo de porcelana gris clara, paredes en blanco. De frente una larga encimera de mármol que recoge dos lavabos exentos con grandes grifos algo roñosos y antiguos. Por delante, una barra colgadora presenta dos toallas de manos. Por debajo, una balda de madera con el secador de pelo de buena potencia y en el suelo una papelera. Sobre la encimera dos vasos de metacrilato y una bandeja con un amplísimo set de amenities (set dental, de afeitado, de manicura, gorro de ducha, peine...). Por encima de ella, y anclado a la pared un generoso espejo. A ambos lados de este sendos apliques de luz de cristal y metal. A la izquierda, anclados a la pared, dos botes dispensadores de jabón de manos. A la izquierda está la bañera, con paredes alicatadas hasta el techo con pequeñas teselas de color blanco y un dibujo central en color vino. Media mampara de cristal. La grifería, que es algo anticuada, termina en una regadera nueva, de tipo teléfono, a la que -pese a que la temperatura es excelente- le falta un punto de presión y de caudal. Dentro encontramos tres botes anclados a la pared para dispensar gel, champú y acondicionador. En el lado derecho, y separado por una puerta corredera de cristal opaco encontramos el inodoro, clásico de cisterna exenta. En el mismo espacio se ofrece en un fino portatoallas de metal dos buenas toallas de ducha (grandes, mullidas y limpias) y sendos albornoces con su juego de zapatillas de felpa.
Por la mañana, la simpatía de la entrada se repite en la salida, preguntándonos si todo ha estado a nuestro gusto.
Calidad/precio: 8Servicio: 8Ambiente: 8Habitación: 8.5Baño: 8Estado de conservación: 9Desayuno: Valoración General: 8.5