Hoy quería compartir con vosotros este enlace de Alt1040 que habla de un asunto que últimamente ha estado bastante en la palestra, debido a los múltiples problemas que han tenido algunas empresas con sus datos almacenados en la nube.
Hace no mucho hubo una caída “generalizada” de muchos sitios de Internet porque los servicios en la nube de Amazon, de los que dependen muchas empresas, cayeron, haciendo un efecto dominó del que todos deberíamos aprender una lección.
Después estuvo el famoso caso del robo de datos de la PlayStation Network, con el consiguiente “apagón por obras” del servicio durante un tiempo inaceptable, a mi modo de ver, que causó fuertes pérdidas económicas a muchas empresas que dependen de este servicio.
Y, como último ejemplo, también hablamos de la caída de Blogger por un periodo de casi 30 horas (también es mucho tiempo para un servicio tan importante de una empresa tan grande como Google).
Entonces, ¿debemos fiarnos de la nube? En mi opinión, sí (con matices).
Dependiendo de la importancia que tenga una información para nosotros, deberemos plantearnos:
- Si necesitamos copias locales exclusivamente (información muy importante y sensible que no queremos que nadie pueda tener). Como pueden ser nuestras contraseñas, certificados digitales, así como información de la que no podríamos prescindir en un momento determinado porque un tercero falle, como pueden ser datos necesarios para nuestro trabajo.
- Una alternativa mixta, es decir, lo tengo en la nube por comodidad y también en local por si falla la red.
- O una alternativa puramente basada en la nube, porque la ubicuidad sea lo más importante de todo.
Está claro que no son posturas excluyentes. Yo, por ejemplo, tengo copias en local (3 backups) de todos mis datos. Los extremadamente sensibles los tengo sólo en local (con 3 copias de seguridad protegidas), los parcialmente sensibles los tengo en la nube (Dropbox) con una capa de cifrado adicional que le proporciono yo con TrueCrypt y, el resto, los tengo en la nube (entre Dropbox y Google).
La opción de cada uno, requiere un análisis y reflexión personales.
Aplicando esta lógica que os cuento. Si yo fuera una empresa en Internet y mis ingresos dependieran de que yo estuviera en línea de manera continuada… ¿me conformaría con depender en exclusiva de un proveedor? Como podría ser Amazon, ¿o tendría un plan alternativo por si cae el mío? Como ejemplo de esto fuera de Internet, os pondré uno que me contaron sobre una caída masiva que sufrió la red móvil de Vodafone. Pasó que un técnico hizo un cambio erróneo en una antena que comenzó a propagarse al resto de antenas. Como él sólo tenía un móvil Vodafone, no pudo comunicarse con nadie y el error tardó mucho en detectarse y corregirse. Desde entonces, todos los técnicos llevaron móviles de otras compañías.
Y otra perspectiva que quiero dar es que, con esto de las caídas en Internet y los datos que se pueden perder, pasa un poco como cuando comparamos los accidentes de tráfico con los de aviones: las magnitudes.
Según mi experiencia como “técnico informático”
, es más fácil que un usuario pierda sus datos por mal uso de su equipo o programas y nulo respaldo de su información importante (hay gente que no ha hecho una copia de seguridad en su vida), que 1 millón de usuarios pierdan alguno de los datos que tienen respaldados en Internet, pero lo segundo tiene mucho más impacto mediático (de lo primero, ni nos enteramos, aunque ocurre millones de veces al día). Entre otras cosas, porque las empresas que sostienen Internet tienen unos estrictos controles de su información y exhaustivos protocolos de copia de seguridad. Hay que decir que, en los casos que hemos hablado, no ha habido pérdida de datos… sino indisponibilidad de la información, que no es lo mismo. Sinceramente, que Blogger esté caído 30 horas no me parece mucho… ¡qué si un día no leemos algunos blogs, tampoco pasa nada!En resumen, y por no alargarme más, pienso que debemos fiarnos de la nube porque, en breve, sólo existirá la nube… puede sonar exagerado pero, tiempo al tiempo… el almacenamiento en local está teniendo cada vez menos sentido, al igual que los dispositivos son cada vez menos importantes, como está intentando demostrar Google con su Chromebook.
Pero, de todos modos, el paso del tiempo dirá…