Revista Ciencia

Almas espirituales “Deva”

Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22
Almas espirituales “Deva”

Podríamos responder de inmediato que se trata de una entidad espiritual que posee un poder incalculable e indescriptible sobre los éteres del espacio, sobre la sustancia material que entra en la composición de todos los planos del Sistema Solar y sobre los elementos que entran en la composición de todo cuerpo de sustancia.

En la Vida central de la Divinidad durante el proceso activo de creación de un Universo se manifiestan siete elementos vivos como base de la estructuración de todo tipo de formas.
De ellos solamente conocemos cinco: la tierra, el agua, el fuego, el aire y el éter. Otros dos, cuya infinita sutilidad sólo puede ser percibida por el Alto iniciado de nuestro planeta, constituyen la base del Misterio iniciático y no podemos entrar por lo tanto en detalles acerca de los mismos.

Bastará señalar, sin embargo, que estos elementos constituyen la base estructural de los planos átmico y monádico, en donde los seres humanos no poseen todavía cuerpos definidos.

Ahora bien, con referencia a la vida de los Devas, se puede señalar que sus jerarquías se extienden desde el plano ádico, el de la propia vida íntima de la Divinidad, cuya sutilidad y poder escapa por completo a la más profunda y elevada de las concepciones, hasta el plano físico en donde realizamos nuestra evolución como seres humanos.

En cada uno de los planos existen determinadas Jerarquías dévicas dependientes de un Poder dévico central a cargo de una Poderosísima Entidad Dévica denominada en Oriente Mahadeva y en Occidente Arcángel, cuya misión es revelar, a través de sus cohortes o jerarquías, los Arquetipos o diseños espirituales que la Divinidad, allá en el insondable Misterio de la Vida Infinita, ha ideado o programado para el particular desarrollo de Su conciencia.

Por lo tanto, un Arcángel, una serie de elevados Devas y una incalculable legión de devas menores son responsables ante la Divinidad del desarrollo del esquema programado y de la construcción de todas las formas que, en su conjunto, constituyen la vasta esfera universal con todos sus planos y dimensiones.

Concretando estas ideas algo más, podríamos decir, por ejemplo, que:

a. Un sistema Solar es construido de acuerdo con un diseño cósmico programado por la Mente de Dios.

b. Este diseño, o Arquetipo, responde siempre al grado de perfección que el Logos de dicho Sistema alcanzó en un período evolutivo anterior y viene matizado, por lo tanto, de cierto tipo de karma, emanante de fuentes cósmicas.

c. Este diseño, caracterizando una cualidad específica de Rayo, está constantemente presente en la Mente de la Divinidad y expresa un poder característico y muy definido, constituyendo una "orden" a las Jerarquías dévicas, agentes directos de su Voluntad.

d. Esta vibración, poder u orden han de ser ejecutados. Tal es el sentido de las palabras místicas de Cristo: "Hágase Señor Tu Santa Voluntad".

Los Arcángeles o Ángeles Cósmicos son los ejecutores directos de esta Voluntad.

Así, cada Arquetipo, descendiendo de plano en plano y de jerarquía dévica en jerarquía dévica, se transmite desde lo más elevado a lo más denso, siendo precisamente en lo más denso de la materia donde deben ser objetivados los Arquetipos, constituyendo este Misterio el proceso de la evolución.

e. Los Ángeles Cósmicos, Ejecutores de la Voluntad Divina, llenan con Su Vida todas las oquedades del espacio.

Son Éter y viven en el Éter, entendiendo por éter aquella sustancia emanada de la propia Vida de la Divinidad que llena cada plano del Sistema con un aspecto definido de Su Individualidad Psicológica y no el éter, tal como lo considera la ciencia, como un simple elemento.

Cada plano de la Naturaleza tiene así su propio Éter, su propia sustancia vital y de relación y su sutilidad depende de la sutilidad del mismo en orden a su proximidad a la Vida central de la divinidad.

f. Podemos afirmar que el espacio, el éter que lo llena y los elementos naturales, coexistentes en cada plano de la Naturaleza, constituyen la vida expresiva de los devas, pudiendo asegurar también que no existen "vacíos" en el Cosmos Absoluto, sino que todo está lleno de la sustancia vital de los devas como Agentes creativos de Dios.

g. "En un principio de los principios", cuando sólo existía el caos, o el Gran Vacío Cósmico (el Gran Pralaya), la Voluntad o Poder de expresarse del Logos, emitió un Sonido, una Voz o un Mandato28. Se le reconoce esotéricamente como A.U.M., es decir, como "Hágase la Luz".
A esta Voz sagrada, que reproducen todos los Logos inmortales de no importa qué Sistema Solar, respondieron inmediatamente la altas Jerarquías dévicas y "siguiendo las infinitas e innumerables cadencias" de aquella Voz, o de aquel inapelable mandato, fueron creadas las estructuras del Universo en orden al poder del sonido, desde la más sutil a la más densa.

h. Existen siete planos dentro de nuestro Sistema Solar, desde el plano ádico, en donde la Voluntad de Dios se halla quintaesenciada hasta el plano físico.

Cada uno de ellos está regido por un Arcángel, o un Mahadeva, alrededor del cual existe una Jerarquía dévica, o cohorte angélica, que secunda Sus planes, siempre en relación con la Voluntad o Designio de Dios.

La comprensión de las razones que acabamos de expresar deja un gran margen al proceso místico de la intuición, por cuanto estamos tratando cuestiones que por sus especiales características escapan al aspecto discernitivo o deductivo de la mente lógica.

Hay que admitir, no obstante, que carecemos todavía de una intuición lo suficientemente desarrollada para poder llegar al fondo de las distintas cuestiones involucradas y que nuestra mente, ausente todavía de elementos dévicos de orden superior, se resiste a penetrar en aquellos supremos vacíos cósmicos en donde se gesta la maravilla de la creación. Mantengamos, sin embargo, nuestra tensión creadora y sigamos adelante.

Un Deva capta e irradia los impulsos para construír moldes arquetípicos en los planos de existencia manifestados. Los devas siguen una línea evolutiva paralela a la humana y una de sus principales tareas es la manipulación de sustancias.

Mantienen estrecha vinculación con las fuerzas de la Naturaleza pues están exentos de la influencia de impulsos retrógrados. Siguiendo los designios de las energías creativas, construyen y destruyen imágenes, formas y estructuras, plasman moldes etéricos, base de lo que existe en el mundo manifestado, y los llenan; permiten de este modo que se exterioricen los patrones arquetípicos. Son esencialmente espíritus constructores y transformadores de los niveles de conciencia y pueden para ello destruir estructuras arcaicas. No disponen de cuerpos físicos densos, y los niveles etéricos son el límite de su contacto con la vida concreta. Los devas construyen lo que es visible, es decir la imágen de un conjunto energético. Son conciencias magnánimas y el hombre sólo puede contactarlas si cultiva la pureza. Trabajan con la energía de símbolos o arquetipos, no poseen mente concreta, por lo tanto su proceso creativo no se basa en secuencias de pensamientos y razonamientos. Tampoco se someten al concepto de Tiempo, viven en el eterno presente, en este estado perciben y desempeñan sus tareas. Su conciencia se expresa

con el mismo dinamismo que el impulso que reciben de lo Alto, y por eso están siempre actualizados. Cuando un individuo desempeña ciertas tareas del Plan Evolutivo, es imprescindible que establezca relaciones internas correctas con el reino dévico.

Los Devas constituyen una Jerarquía potente, con diversos grados, el término deva suele aplicarse a cualquiera de los seres de este reino: desde un pequeño ente constructor de moldes físico-etéricos hasta grandes arcángeles que sustentan la vida manifestada de galaxias enteras.

Por lo general en Occidente, se denomina ángel a la mayoría de estos seres, sin embargo, los ángeles son un sector del reino dévico. Los devas viven básicamente en los niveles etéricos cósmicos; no obstante asumen una amplia gama de tareas incluso en los niveles concretos. Dada esa proximidad, el tema aviva la imaginación de ciertas personas y debido a esto se publican y difunden informaciones dudosas acerca de ellos, lo cual posterga la perfecta relación entre ellos y los hombres.La jerarquía dévica no fue afectada por el desorden externo que domina la superficie de la Tierra, los devas participan de la transformación del planeta, para ello pueden canalizar energías de polaridad positiva, negativa o neutra.

Trabajan en la disolución de la actual coyuntura terrestre y en el surgimiento de una nueva, más sutil. Su evolución está exenta del libre albedrío y del compromiso con fuerzas involutivas, son mensajeros, son artífices, transformadores, constructores y destructores de la manifestación de la vida en todos los planos de conciencia. El universo no existiría sin los devas y las jerarquías Espejo, que reciben los patrones arquetípicos que determinan las formas por crear, los decodifica y los transmite a las otras Jerarquías dévicas y espirituales. Sin el molde construído por los devas, ningún aspecto de la Vida podría exteriorizarse, sin su trabajo, las formas no evolucionarían, pues a ellos les corresponde manifestarlas en todos los planos, según las directrices actualizadas por los Espejos. Sin el trabajo de los Devas los patrones arquetípicos ni siquiera llegarían a los Espejos, pues los Devas entretejen los hijos de comunicación, las bandas vibratorias por donde se transmite el mensaje.

Por ser constructores de las conexiones energéticas , los devas son considerados guardianes. Cuando el ser humano se polariza en niveles elevados de cociencia, puede contactar el trabajo de los devas en sus expresiones puras y esto le permite vivir sin conexiones por las cuales transita la humanidad en general. Así él podrá sentirse protegido, la interacción de la humanidad con los devas es necesaria pues acelera el desarrollo de la Tierra. La sutilización de la conciencia humana es una premisa para ello.

Fuente: "Los misterios del Yoga" Vicente Beltrán Anglada. Angeles de barro.


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