OBRAS
ALMAZARA EN SANTURDE · 17/11/2016
La almazara de Santurde es a la vez un olivar y una fábrica que combina la arquitectura, la producción y la naturaleza. La parcela incluye una gran plantación de olivos ordenados y un pabellón escultórico de ladrillo que sobresale de la orografía del terreno como prolongación de la misma tierra.
Partiendo de las posibilidades que ofrecía esta región para el cultivo de la aceituna autóctona arróniz, el edificio es una suma de espacios de almacenaje, maquinaria, herramientas y elaboración de aceite. A medida que aumentaba el interés por el trabajo de productor agrícola, fue necesitando un espacio mayor, lo suficientemente grande como para poder acoger sus instalaciones y, al mismo tiempo, lo suficientemente íntimo y personal como para poder idear los productos en recogimiento.
Fotografía: © César San Millán
Buscando satisfacer ambos requisitos, el diseño propuesto hace referencia y abstracción de la arquitectura vernácula industrial, significándose por la silueta de sus cubiertas a dos aguas, atravesadas por un vacío que perfora y separa el área de almacenaje, de la productiva. Una esbelta estructura metálica, revestida con una piel continua arcillosa, resuelve la construcción de todo el volumen.
Fotografía: © César San Millán
La realidad de mantenimiento incluye recuperar y aprovechar aguas de un aljibe, una chimenea de leña y alguna pieza de mobiliario que sirve para guardar, exponer y catar los productos. Por último, el ladrillo artesanal nos enseña cómo enraizar esta construcción industrial con un entorno de extraordinaria belleza natural.
Fotografía: © César San Millán